“Los dólares no oficiales ahora se ofertan al precio que mejor le parezca al vendedor, así de simple. Nadie ahora sabe cuál es su verdadero valor diario (…) hay mucha especulación e incertidumbre”, explicó a este rotativo Mónica Fernández, una compradora que requiere de “verdes” para viajar a Chile.
Economistas aseguran que el fenómeno que se viene observando en los últimos días y responde al “estancamiento” del precio que registra la divisa en Dólar Today, además de la baja oferta que semanalmente ofrece a las personas naturales y jurídicos el nuevo sistema Dicom.
“La gente tiene que entender que los dólares que se ofertan en el mercado negro tienen reglas imprecisas y especulativas, no está regulado por ningún organismo oficial y por eso su anarquía. Su precio obedece a razón de cuánto puede desembolsillar el comprador, así de sencillo. Hoy, existe una fuerte sequía de divisas por la poca oferta que ofrece el Dicom y eso hace que cada día sea más difícil conseguir verdes en la calle (…). Que llegue a 300, 400 o 500 ya es difícil de predecir, ahora es libre”, aseguró el economista economista Ramón Jesús Castillo.
Insistió en que “ahora Dólar Today tiene un mercado paralelo, uno alternativo. Y el Gobierno sigue sin frenar esta situación que tanto daño le hace a nuestra economía (…) toda esta especulación la van a sentir es el bolsillo del ciudadano común que ve cada día como suben y suben los precios de los artículos en los anaqueles”.
El economista Luis Oliveros también, en su cuenta en twitter, agregó que “el paralelo pasa de largo los 300. Va a seguir aumentando. La supuesta estabilidad se acabó hace más de dos semanas”.
En abril —según datos del portal Banca y Finanzas— el dólar paralelo en el portal electrónico referencial detuvo su vertiginosa alza que mostró en enero y luego de retroceder en febrero, subió 10% en marzo, a un paso lento, pero acercándose a su máxima cotización alcanzada a comienzos de año. La devaluación en este mercado no oficial en marzo fue de 9% y acumula 53% en lo que va de 2018.
Los expertos coinciden en que la predicción del comportamiento del dólar no oficial es una tarea compleja y difícil, pues carece de una metodología poco precisa y fiable para establecer su cotización. Su valor varía dependiendo de la expectativa que exista en el mercado, las decisiones en materia económica del Gobierno u otros factores como el movimiento de oferta y demanda en Cúcuta o Maicao.
El economista Manuel Quintero alertó también que la “estabilidad de la divisa no oficial se acabó hace rato, ahora entró en una fase de anarquía. La ausencia de divisas al sector privado está empujando a los empresarios a buscar dólares donde sea y pagarlos a cualquier precio. Quienes tienen los verdes tampoco los desean soltar tan fácilmente (…) y por eso se vienen registrando esos precios tan exorbitantes. El fenómeno de la hiperinflación también entra en este juego (…) ya nadie quiere vender sus dólares baratos”.
Para Quintero el final del “mercado negro llegará cuando se reaperturen las casas de cambio, cuando los ciudadanos podamos adquirir los dólares sin ningún tipo de restricciones. Es decir, que se elimine de una vez por todas el control cambiario. Ahorita tenemos un sistema Dicom que sigue sin dar respuesta a los distintos sectores productivos (…), que ofrece muy pocos dólares y su precio no refleja su verdadero valor”.
Desde el oficialismo, José Ávila, analista económico, aseguró recientemente que con la implementación del Petro —la primera criptomoneda venezolana— se podrá derrotar el dólar paralelo manejado desde el exterior.
“El Petro va a quebrar a DólarToday (…) el valor que define a una divisa ante otra es el volumen de transacciones que se da en el proceso, eso no lo muestra DólarToday, un día amanece con un valor y otro luego. Cuando estas en un mercado serio la determinación es otra”, sentenció en un acto público.
Los economistas alertaron que la distorsión del mercado negro y que se venda sin “techo” provocará en el corto plazo un “tsunami” que estimulará más la hiperinflación y el alza desmedida de los precios.
Fuente
D. Rodríguez