La Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) informó que alrededor del 80% de la población venezolana vive en zonas de alta amenaza sísmica. En los edificios ubicados en el norte de la ciudad de Caracas como Los Palos Grandes y Altamira pueden sentirse estos movimientos sísmicos muy fuertes, debido a la condición de los terrenos donde fueron levantados.
En ambos sectores la profundidad de sedimentos es superior a los 200 o 300 metros. Es decir, hay mucho espacio débil, allí la tierra se mueve con facilidad según los expertos quienes además aseguraron que terremotos similares al del 29 de julio de 1967 suelen ocurrir en el mismo lugar entre 50 y 60 años.
No hay certeza cuando una ciudad será impactada por un movimiento telúrico. Los sismos no se pueden predecir, debido a que todavía no existe una herramienta científica capaz de anticipar lo que está ocurriendo a 70 kilómetros de profundidad del suelo.
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