Según Eduardo Páez Pumar, miembro de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, estos racionamientos eléctricos que actualmente se aplican en los estados Táchira, Mérida, Portuguesa, Trujillo, Barinas y Alto Apure, “se van a prolongar por tres meses, incluyendo al Zulia”, dadas las limitaciones del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), en sus fuentes hidro-térmicas.
Señaló el especialista que los estándares de seguridad advierten que durante el ciclo de verano debe protegerse con más énfasis la fuente hidroeléctrica, a objeto de preservar la infraestructura de las centrales, las máquinas generadoras y la confiabilidad del sistema, hasta la época de lluvias.
Durante la primera semana de marzo, las autoridades detectaron un desnivel en los embalses que alimentan la fuente hidroeléctrica de las entidades andinas. Luis Motta Domínguez, ministro para la Energía Eléctrica y presidente de Corpoelec, y otros miembros del Ejecutivo, anunciaron un plan de contingencia para atender la emergencia.
De acuerdo al histórico de La Vueltosa –ubicada en la cuenca del Río Caparo y parte del complejo hidroeléctrico Uribante Caparo (ahora llamado Leonardo Ruíz Pineda)– “se llega al nivel más bajo en mayo, pero esta vez llegó en marzo”, precisó el fundador de la Asociación Integral de Políticas Públicas (Aipop).
Dijo que “en 2017 llovió mucho y los embalses se llenaron”; sin embargo esta situación se presenta en la citada represa porque “se utilizó en exceso la fuente hidroeléctrica respecto a la termoeléctrica”. Contrariamente, apuntó, en el embalse de Guri, en la cuenca del Caroní (Bolívar), solo ha bajado 5 metros de su cota máxima y el volumen útil de sus aguas es de 96%.
El analista destacó también que en la planta José Antonio Páez (Barinas) se encontró sedimento y el daño en las turbinas; del complejo Uribante Caparo no se construyó la presa Las Coloradas y la turbina 3 de La Vueltosa no se instaló.
Efecto climático
Páez Pumar comentó que en el último informe climatológico del International Research Institute (IRI) de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) para el período febrero-marzo y abril, hay un 60% de probabilidad de la presencia del fenómeno La Niña y 40% de que sea neutral; y para fines de 2018, El Niño se convierte en la condición más probable, pero las posibilidades aún están por debajo del 50%.
Por estas condiciones climáticas y por la disminución en la producción de petróleo y consecuentemente del gas asociado y de los combustibles (diésel y fuel oil) necesarios para operar plantas termoeléctricas, “las expectativas se pueden empeorar” para 2019.
Otras dificultades
El presidente de la Asociación Venezolana de Ingenieros Mecánicos y Afines (Aviem), Winston Cabas, refirió que la cíclica crisis eléctrica ocurre en momentos de baja demanda eléctrica nacional, tras un año de lluvias y temperaturas frescas en el país.
Esta anticipada contingencia eléctrica que se ha presentado en la región sur occidental, sostuvo, es consecuencia de años de desinversión y ausencia de mantenimientos.
En su opinión “será imposible” solventar el déficit de generación en esa región en quince días. Al realizar un diagnóstico del parque eléctrico de los Andes, advierte que la planta José Antonio Páez, cuenta con 4 turbinas para generar 240 megavatios (MW) en total, y su producción es cero; La Vueltosa, de 750 MW solo están disponibles 187 MW; San Agatón, de 300 MW aporta 98 MW; Masparro que es un pequeña planta con 13 MW no funciona; Peña Larga, es la que está mejor, de 80 MW suministra 70 MW.
Fuente