“Los niños son afectados cuando ocurre un cambio en la dinámica y estilo de vida que mantuvieron desde temprana edad, entran en un proceso de duelo, donde deben reacomodar su mundo interno emocional y readaptarse a su mundo externo (rutinas del hogar, colegio y tiempo de recreación) sin la compañía de sus padres que son figuras de soporte emocional y social”, así lo explicó Ronny Lugo (@psicoserve) licenciado en psicología, especialista en clínica mental de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y residente de psicología clínica del servicio de psiquiatría del Hospital Universitario de Caracas.
Explica que los padres representan las primeras y principales figuras de apego del niño, de los cuales recibe nutrición y afecto. Aprende a explorar y entender su propio mundo interno y relacionarse con el mundo externo a través de normas, límites, disciplina y expresión emocional.
Cuando esta relación cambia, debido a viajes prolongados de sus progenitores, puede mostrar cambios de comportamiento caracterizados por deseos de estar solo, puede mostrarse callado, con ánimo triste o por el contrario ánimo irritable.
El especialista explicó que por eso los niños pueden sentir miedo y ansiedad, no solo por la pérdida de ese afecto cercano y por no poder comunicarse directamente como antes, sino por el temor a no volver a ver a los padres y quedarse viviendo lejos de ellos situaciones que pueden ser problemáticas de las cuales no tendrán su amparo.
Además, los niños que tienen más preferencia con uno de los dos padres van a experimentar un cambio en la dinámica afectiva con estas dos figuras principales, y buscará mantener una relación estrecha con la figura de la cual se separa y comparará la calidad de la relación con la figura que se queda; lo importante es entender que estas expresiones forman parte de la vivencia del niño ante la separación.
Recomendaciones
Ante esta nueva realidad, tanto los padres, familiares cuidadores u otro personal docente de estos niños afectados, deben permitirles vivenciar y experimentar libremente la emoción que describa mejor la situación por la que están pasando.
También es necesario explicar con claridad las razones de la ausencia, evaluar la capacidad de atención y responsabilidad del cuidador y dejar en orden documentación y permisología legal del cuidador sobre el menor.
La separación territorial de la familia es un proceso que genera cambios importantes en el estilo de vida de los integrantes, lo interesante y primordial es reconocer que a pesar de la distancia física el vínculo afectivo con las personas que se fueron se va a mantener (aunque cambie la calidad de la relación), y se pueden valer de las nuevas formas de comunicación que aporta la tecnología para mantener una comunicación constante y efectiva, y, de ese modo, un grado de cercanía con ellos, resaltó el especialista.
La consecuencias de esta situación “implican asumir un compromiso y una responsabilidad importante, no solo en el cuidado de los niños, sino también en las demás responsabilidades que estos padres dejan una vez toman la decisión de irse del país, entonces, los familiares cuidadores deben ahora incorporar a estos niños en su cotidianidad, donde se tendrán que establecer acuerdos de convivencia y respeto por las particularidades de todos los miembros de la familia”, manifestó Lugo.
Fuente
Bárbara Peña