Según la Academia, es un premio a la capacidad de aprovechar el poder de la evolución para lograr beneficios para humanidad. Arnold es premiada por “la evolución dirigida de enzimas”, mientras que a Smith y Winter se les reconoce “por la presentación en fagos de péptidos y anticuerpos”.
Smith (Norwalky, 1941) desarrolló un método con el que se utilizan bacteriófagos, virus que infectan bacterias, para desarrollar nuevas proteínas.
Winter (Leicester, 1951) utilizó ese método, conocido como “phage display” (presentación en fagos), para la evolución dirigida de anticuerpos con el objetivo de producir nuevos fármacos.
El trabajo de estos científicos ha ayudado a producir anticuerpos que pueden neutralizar toxinas, contrarrestar enfermedades autoinmunes y curar cáncer metastásico.
El primer fármaco basado en su método, adalimumab, fue aprobado en 2002 y se usa para tratar la artritis reumatoide, la psoriasis e inflamaciones intestinales.
En 2017 el Nobel de Química fue a parar al suizo Jacques Dubochet, el estadounidense Joachim Frank y el británico Richard Henderson por desarrollar el microscopio crioelectrónico para determinar en alta resolución la estructuras de las biomoléculas en solución.
Fuente
Con información de la DPA