La empresa dice que todo se enmarca en un gran proceso de auditoría que consta de dos fases. En la primera, se revisa cada aplicación que obtuvo esos datos previo al cambio de políticas en 2014; ese cambio redujo la cantidad de datos a la que una aplicación podía acceder.
La segunda parte de la auditoría se da “cuando tenemos dudas respecto a una aplicación” y eso incluye hacer entrevistas con los responsables, solicitar información de forma oficial e incluso, aparecer en las oficinas desde donde se gestionan esas aplicaciones para investigar.
Facebook dice que hasta ahora han revisado miles de aplicaciones y 200 se han suspendido, aún cuando todavía falta analizar y definir si esas aplicaciones hicieron mal uso de los datos a los que tuvieron acceso.
Eso sí, sepan que Facebook no ha publicado la lista de aplicaciones suspendidas hasta la fecha y no se sabe si aquello va a pasar una vez que el proceso se acabe.
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