La abuela del niño contó que la mamá había salido a hacerse un ecograma porque presumía que estaba embarazada y dejó a su pequeño hijo durmiendo a un lado de su nueva pareja, Daniel Huerta, a quien conocían en el barrio como “Chicho”.
“Cuando ella regresó encontró al niño llorando y le preguntó a su marido, y éste le dijo que se había levantado así, que a lo mejor tenía hambre”, contó su abuela.
La mamá del niño, Marilyn Chacón, pese a que lo mecía en brazos e intentaba darle de comer no podía controlar el llanto del bebé, así que lo llevó a casa de su abuela que fue quien notó que tenía un morado muy notorio en el estómago, al quitarle su franelita.
“¡Tienes que llevar ese niño urgente al hospital, ese morado no es normal!”, le dijo la abuela del bebé a su hija.
El bebé Andrés fue llevado primero al CDI de El Callao y de allí pasó al Hospital General del Sur, y, a pesar que le hicieron una placa, los médicos recomendaron que lo llevaran al Hospital Universitario para que lo viese un especialista.
Habían pasado varias horas mientras el niño se desvanecía y solo podía decir a su mamá: “¡Mami agua!”, no quería comer.
“Lo llevaron en una ambulancia, le pusieron una vía de respiración y cuando le hicieron los exámenes, presentó desprendimiento de hígado y de intestino delgado”, dijo su madre llorando desde la morgue.
El niño estuvo dos horas en pabellón, pero un infarto le apagó su vida a las 3:00 de la madrugada del martes.
En el barrio La Milagrosa, ya sabían quien había causado la muerte del niño y un grupo de vecinos rodearon la casa donde vivía el niño con su mamá para que su padrastro saliera.
“Chicho” como era conocido, no quería salir y fue cuando un grupo de gente desprendió la puerta de la casa, lo sacaron y lo asesinaron a golpes en el frente de la vivienda aún con el apagón que había a esa hora.
Funcionarios del Cicpc se encargaron de las investigaciones y se llevaron a algunos detenidos por investigación.
Fuente
Alejandro Bracho