Caracas.- Sobadores, hierbateros, chamanes y yachack (sabios) prestan sus servicios en un hospital del centro de Ecuador, donde se ha hecho espacio a la medicina indígena más ancestral, que fomenta la interculturalidad médica.
El Hospital Andino de Riobamba, al sur de Quito, aplica las técnicas ancestrales de sanación para complementar los procesos médicos tradicionales, un proyecto destinado a satisfacer las necesidades emocionales y espirituales de una buena parte de sus pacientes.
“El hospital tiene una filosofía de ver al ser humano como un ser integral”, aseguró María Fernanda Herrera, coordinadora de Marketing del hospital, al apuntar que entre sus guías médicas se incluyen las de detectar la energía y espiritualidad del ser humano para llegar a la raíz de los problemas.
Asimismo, en el centro médico, donde cada año reciben tratamiento unas 2.800 personas, se practican tres tipos de medicina -alopática, alternativa y andina- siguiendo la creencia de que todas estas disciplinas curativas van de la mano y no se contradicen, “más bien comparten conocimientos”.
Ubicado en la provincia de Chimborazo, en el corazón de Ecuador y donde un 38% de la población se declara indígena y un 54,8% mestiza, la iniciativa surgió hace medio siglo de la mano del religioso Leónidas Proaño, entonces obispo de Riobamba, que vio la necesidad de ayudar a los pueblos campesinos de escasos recursos.
Por su parte, Sonia Carrera, coordinadora de salud alternativa, asegura que “el servicio de la medicina andina proporciona sabiduría de los antepasados indígenas ecuatorianos”, esto en relación a unas técnicas que ya no solo atraen a pacientes indígenas, sino también a población mestiza y hasta alemanes y franceses.
Carrera recuerda que dentro de la diversidad médica también se prestan servicios de medicina alopática y tratamientos de medicina alternativa, lo que considera un puente de “diversidad médica”.
Y defiende la necesidad de conservar la medicina tradicional andina porque “pertenece a nuestra cultura y antepasados”.
De esta forma, los pacientes pueden tratarse en el área de medicina convencional en casos de alto riesgo, pero combinar el tratamiento con las técnicas de medicina andina y alternativa para mejorar el campo energético de la persona.
“Yo di a luz en el hospital integrando las tres áreas. En ginecología me realizaba los chequeos, pero tenía muchas náuseas. Por lo que me hice reiki para mejorar mi energía y masajes de estrés. Me sentí muy bien, dejé de tener estragos”, comentó Fernanda Herrera, una paciente mestiza.
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