González se refirió al suceso que tuvo lugar al término de una multitudinaria marcha que convocó alrededor de 5.000 personas en la ciudad de Iquique. Pues, tras finalizar la manifestación, un grupo de personas quemó las carpas que eran utilizadas por extranjeros para pernoctar en plazas y playas.
“Inadmisible humillación contra migrantes especialmente vulnerables, afectándolos en lo más personal”, escribió González en Twitter respecto a estos hechos.
“El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha ido volviendo cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de barbarismo”, continuó.
En declaraciones a Efe, el director de Incidencia y Estudios del Servicio Jesuita Migrante (SJM), Carlos Figueroa, condenó también la violencia de esta marcha.
“Llamamos a respetar la integridad y dignidad de todas las personas y, sobre todo, llamamos a respetar y velar por los derechos humanos”, dijo Figueroa.
A la fecha son alrededor de 3.500 migrantes —según algunos vecinos— los que se encuentran varados en las calles de Iquique. La mayoría de ellos luego de haber ingresado a Chile por pasos no habilitados en la frontera y cruzar la ruta hacia la costa.
El mayor número de migrantes llega desde Venezuela buscando una oportunidad en Chile, pero entre las restricciones sanitarias, la política migratoria y su escasez de recursos económicos quedan atrapados sin poder continuar el viaje por el país, durmiendo en albergues o en campamentos improvisados en las calles.
Con información de la EFE