Cerca de 12.000 bomberos luchan contra las llamas de 17 grandes incendios que avanzan sin control -alimentados por la sequía-, convirtiendo en cenizas un área de 800 km2, cuatro veces la ciudad de Buenos Aires, reseñó AFP.
El más fuerte de estos incendios, el Carr, ha matado a seis personas, entre ellos una señora de 70 años, Melody Bledsoe, y sus dos bisnietos de cuatro y cinco años, identificados como Emily Roberts y James Roberts, apodado Junior.
“Hablé con Junior por teléfono hasta que murió”, relató el esposo de Melody a CNN, recordando que sus últimas palabras fueron: “Vengan, sáquenme de aquí, el fuego está entrando por la puerta de atrás, ven abuelo”.
Los tres le dijeron que lo amaban antes de que Bledsoe le asegurara al niño “voy en camino”. La ayuda no llegó a tiempo a salvarlos.
El Carr, contenido en 20%, arrasó 400 km2 y destruyó casi 1.000 estructuras, 723 de ellas residenciales. Allí se cuenta la casa de Macken, en la ciudad de Redding, una de las más azotadas por el fuego.
“A las seis en punto de la mañana alguien llamó a la puerta, y el comisario nos dijo que teníamos 15 minutos para salir. Salimos en 10. Estaba temblando”, dijo esta mujer jubilada desde un centro comercial cercano, donde se había reunido con otros vecinos, y donde vio su casa arder.
“Fue casi como un tornado de fuego que llegó por encima de la colina y barrió nuestra casa, barrió la casa de nuestro vecino”.
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Fuente
Con información de la AFP