Ronal murió solo y olvidado, luego de andar como indigente mucho tiempo en la calle. Enfermo, con una sonda guindando, pidiendo para comer y durmiendo en el suelo, eso deterioró su salud.
Algunos se acercaron e intentaron ayudarlo, entre ellos Nelson Escalona, Comandante de la Policía Municipal de Roscio, también gente de la Casa de la Cultura. Pero la falta de políticas sociales y el fracaso de los entes culturales dejaron morir a uno de los suyos.
“Ahora veré el desfile de falsos haciendo homenaje y dándose golpes de pecho, señores no es el primer cultor o patrimonio que muere en situación crítica debido a la mala gerencia cultura que tenemos” así se expresó Carlos Suárez exdirector de la Casa de la Cultura Víctor Manuel Ovalles.
Es que muchos se justificaron en que “Ronald no se dejaba ayudar”, por eso lo dejaron morir. Estaba en un ancianato al momento de su muerte, sitio en el cual no deseaba estar.
Suarez invitó a dejar de hacer silencio cómplice “No me quedo callado ante nada ni nadie, los que amamos la cultura de verdad tenemos que alzar la voz ya basta”.
Por su parte el periodista Pedro Izzo sostuvo que ” La partida de Ronald, quien estuvo abandonado en las calles de San Juan, es una muerte más frente a la indolencia de un Gobierno que no reconoce el valor de nuestros patrimonios”.
Izzo advirtió que aun quedan muchos cultores en peligro: “Hoy muchos recuerdan a Ronald, pero como él también hay otros hombres y mujeres que lo dieron todo por nuestro San Juan, por nuestro estado y habitan en el olvido, entre las colas y la zozobra de un pueblo adormecido”.
Mientras el pan y el circo se reduce a la cantadera y a los selfies en actos políticos, ninguno de estos representantes del poder se dignó a socorrerlo en vida y a honrarlo ya muerto.
María José Quintana, promotora cultural del área de teatro asegura que “tuvo ocasión de ayudar a Ronald. Y a pesar de que el quería escaparse de los refugios, faltó interés por parte de las autoridades culturales para darle ayuda. Ronald no estaba bien desde hace tiempo. Y lo correcto era ayudarlo”.
Una muerte que junto al abandono de nuestras plazas, la destrucción de las estatuas y el deterioro del hotel termal, dejan mucho que decir de los entes culturales.
Orlando Medina Bencomo