En frente un PSG de Tuchel repleto de jóvenes futbolistas y comandado por un Rabiot que portó de nuevo el brazalete de capitán mientras sigue envuelto en dudas su futuro.
La diferencia en las alineaciones se trasladó al verde y así lo reflejó el marcador final (5-1) para los gunners.
Ante tal escenario la historia del primer acto se llevo a cabo según lo esperado. Un dominio por parte del Arsenal que encontró su recompensa en sólo 13 minutos. Cuando Aubameyang corrió al espacio y le sirvió en bandeja un balón a Özil que el alemán empujó a placer al fondo de la portería defendida por Buffon.
Tuchel se tomó el encuentro como si de un un laboratorio de pruebas se tratase. Incrustó a Lassana Diarra en el centro de una defensa de tres. Con el exmadridista escoltado por como Kevin Rimane y Loic Mbe, la zaga parisina sufrió a lo largo de la primera parte. Pese a ello, aguantó todas las embestidas gunners y se fue con un tanto abajo al descanso.
En el 50′, ya en el segundo tiempo, avisó Nkunku de lo que vendría después con un lanzamiento de falta que Emiliano Martínez, el meta que sustituyó a Leno en el descanso, sacó a mano cambiada. Pocos minutos después, una jugada personal de Timothy Weah, hijo del mítico jugador africano George Weah, acabó con Kolasinac derribándole dentro del área y con el árbitro singapurense señalando la pena máxima que acabaría transformando el propio Nkunku.
Tras el empate y una vez reconstruido el esquema inicial el rodillo londinense se puso a carburar y pasó por encima del equipo francés. Lacazette, ya solo en punta, remató un balón aéreo, tras una salida en falso de Gigi, que acabó en gol. El propio delantero galo pondría tierra de por medio con el tercero.
Rob Holding a la salida de un córner y Edward Nketiah cerraron la manita en lo que fue un encuentro en el que Emery le demostró todo su ‘Arsenal’ a un PSG repleto de novicios.
Fuente
Enrique Medina
