Esa es la conclusión acerca de los enigmas que las misiones Cassini y Juno de la NASA han revelado gracias a los nuevos datos recibidos en la Tierra.
Cassini terminó sus 13 años en Saturno en septiembre de 2017; Juno recientemente pasó el punto medio en sus órbitas de Júpiter. Ambas misiones han producido datos increíbles sobre el funcionamiento al detalle de los dos gigantes gigantes gaseoso, y los científicos han estado trabajando duro para interpretar toda esa información.
“Aunque hay rompecabezas aún por explicar, esto ya está aclarando algunas de nuestras ideas sobre cómo se forman los planetas, cómo funcionan los campos magnéticos y cómo soplan los vientos”, comenta David Stevenson, científico planetario de Caltech, en un comunicado de la universidad. junto con su presentación en la reunión de esta semana de la American Physical Society en Boston (EEUU).
Stevenson se centra especialmente en los datos de la nave espacial Juno, que ha estado en Júpiter durante dos años y medio. En estos meses la sonda ha encontrado una gran cantidad de fenómenos inesperados en el gigante gaseoso, que incluyen extraños puntos fuertes y débiles en el campo magnético del planeta y elementos pesados distribuidos por todo el planeta.
Afortunadamente, a la nave le quedan más de dos años de permanencia, y los científicos aún están estudiando detenidamente los datos recopilados por su predecesor en Saturno.
“Una misión exitosa es una que nos sorprende. La ciencia sería aburrida si simplemente confirmara lo que pensábamos anteriormente”, dijo Stevenson.
¿Qué han revelado estos últimos datos?
Los sensores de gravedad y magnéticos a bordo de la nave espacial Juno han descubierto que el campo magnético de este planeta gaseoso tiene manchas (regiones de campo magnético anormalmente alto o bajo) así como una diferencia importante entre los hemisferios norte y sur.
“Es diferente a todo lo que hemos visto antes”, aclara Stevenson.
Los datos de gravedad han confirmado que en medio de Júpiter, que es al menos 90% de hidrógeno y helio en masa, hay elementos más pesados que representan más de 10 veces la masa de la Tierra, pero no están concentrados en un núcleo, sino que se combinan con el hidrógeno superior.
Respecto a las zonas externas, la abundancia de elementos más pesados en esta zona se desconoce, pero está claro que desempeñan un papel mayor al esperado en la generación de los campos magnéticos tanto de Júpiter como de Saturno. Hay que seguir investigando, porque el sensor de microondas de Juno demostró que la atmósfera está mezclada de manera uniforme, algo no predicho por la teoría actual. “Cualquier explicación para esto tiene que ser poco ortodoxa”, dice Stevenson.
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