El legendario Roberto Musulungo Herrera, antiguo receptor de los Leones del Caracas y umpire de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional durante casi tres décadas, murió este jueves, aparentemente en Florida, de acuerdo con un reporte de prensa.
Tenía 79 años de edad y desde hacía largo tiempo se encontraba residenciado en Estados Unidos, donde vivía su retiro del beisbol.
Herrera fue un célebre catcher de los melenudos, con casi 2 metros de estatura y una ofensiva discreta que no le permitió escalar hasta las Grandes Ligas, aunque llegó a jugar en Triple A con varias organizaciones.
Su carrera como pelotero profesional se extendió de 1956 a 1975, incluyendo la segunda década completa en México.
Nacido en La Habana, el 21 de abril de 1939, fue protagonista de la LVBP como jugador y luego como árbitro, el papel en el que ganaría mayor celebridad.
Defendió a los melenudos entre 1967 y 1971. En cuatro campañas, ligó para .306 en 118 encuentros, un average a contravía de sus números en el norte, y luego de colgar los spikes se preparó para dictar sentencias y puso el uniforme azul de los jueces del diamante.
Su hijo Ricky Gutiérrez nacería por esas fechas, en Estados Unidos. Un infielder de buenas manos, jugaría posteriormente durante 11 campañas en las Grandes Ligas.
Musulungo, entretanto, se convertía en leyenda del beisbol venezolano. Llegó a ser uno de los umpires más reconocidos y experimentados, asistió a varias series del Caribe y arbitró incontables cotejos de series finales detrás del home.
Se forjó una leyenda que nunca le hizo gracia: aficionados y periodistas solían repetir, cuando él era chief umpire, que el duelo de ese día iría a extrainning.
Fuente Radio Mundial