Luis Alfredo González Hernández, llamado el “Comegente Pintor”, está señalado de matar a Lisandro Rosales García, comérselo y pintar cuadros con la sangre.
“En entrevistas efectuadas a los residentes del sector, se pudo conocer que Rosales mantenía una relación amorosa con González”, señaló una fuente del Ministerio de Interior y Justicia.
“Una discusión sería el detonante del crimen. El ‘comegente’ confesó el homicidio”, agregaron funcionarios del cuerpo detectivesco.
“La primera versión apuntaba a una suerte de ‘pacto íntimo’. El ‘comegente’ habría dicho que Rosales le pidió servicio funerario: que lo matara, lo comiera y pintara cuadros con la sangre”, se informó en cuerpos policiales.
El caso, cómo no, mantiene impactados a los habitantes de una región que ha ido escalando en las cifras de criminalidad en el país, la otrora apacible Barlovento, en el estado Miranda.
El homicidio ocurrió en una finca del sector Las Marías de Río Chico. “A los vecinos de Rosales les extrañó no verlo más. Por eso denunciaron. La última vez que lo vieron sería hace unos dos meses”, agregaron los reportes policiales.
La búsqueda de los oficiales está, ahora, centrada en la posibilidad de hallar más restos humanos y en cotejar las identidades de los documentos hallados en la finca, correspondientes a otras personas ajenas al ‘comegente’ y a su víctima confirmada.
El trabajo, minucioso, no ha cesado en la finca. “Todos los restos óseos que se encontraron fueron trasladados a la morgue de Bello Monte, en Caracas, donde les serán aplicadas las pruebas de antropología forense. Hasta el momento corresponden al dueño de la hacienda, pero hay que proceder a la identificación plena”, comentaron efectivos.
Entre hojas secas y sobre la arena estaba trozos de columna vertebral y de huesos grandes. Los detectives también hallaron dientes.
También se hará análisis a los cuadros, pinturas que González Hernández habría realizado, macabramente, con sangre y cenizas, según su propio y estremecedor relato a los funcionarios.
En los cuadros, la firma es LR, las iniciales del propietario de la finca que fue asesinado.
“A las pinturas se le harán los análisis de antropología forense”, indicaron funcionarios. Son, al menos, cinco: un vitral con flores, un cuadro de un florero y frutas; unos girasoles, un paisaje marino y el rostro de una mujer sobre un horcón de madera.
Solo en el paisaje marino está ausente el color rojo.
De inmediato, en la mente de algunos, se tejió la coincidencia entre el caso del ‘comegente’ pintor y otro antropófago tristemente célebre, Dorángel Vargas, un caníbal que está preso desde 1999, cuando se descubrió que había asesinado a varios transeúntes que caminaron debajo de un viaducto entre San Cristóbal y Táriba.
Dorángel, preso desde entonces en el Cuartel de Prisiones de la Policía del Táchira, en la capital de ese estado, admitió haber comido a los hombres a quienes mató.
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Fuente
A. Mendoza / Con información de Agencias