Estos pasajeros de dicho avión, perteneciente a la Empresa de Transporte Aerocargo del Sur, Emtrasur, filial de Conviasa; permanecían en territorio argentino desde junio pasado.
Autoridades gubernamentales, familiares, compañeros y amigos les dieron una fraternal bienvenida a su arribo en el vuelo de Conviasa que aterrizó cerca de las 06:30pm. Llegó más precisamente al Aeropuerto Internacional de Maiquetía.
El ministro del Poder Popular para el Transporte y presidente del Consorcio estatal, Ramón Velásquez Araguayán, encabezó la recepción.
Velásquez estuvo acompañado de la Embajadora de Venezuela en Argentina, Stella Lugo, y el presidente de Emtrasur, César Pérez.
Venezuela presentó ante el poder judicial argentino una defensa para demostrar que las acusaciones sobre el avión no tenían fundamento. Por consiguiente, la retención de la tripulación y la nave eran ilegales, según el gobierno venezolano.
TRES LARGOS MESES DE INCERTIDUMBRE
El avión retenido en el Aeropuerto Internacional de Buenos Aires, en la localidad bonaerense de Ezeiza, es un Boeing 747 Dreamliner de carga. Dicho avión perteneció a Mahan Air (empresa iraní) y actualmente es propiedad de Emtrasur, filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa).
Ambas empresas están sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
La aeronave ingresó en Argentina el 6 de junio procedente de México, haciendo escala en Venezuela, presuntamente para trasladar cargamento a una empresa automotriz.
Luego, 2 días después, despegó para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en el aeropuerto argentino porque el país vecino no habilitó su aterrizaje. Sin embargo, las petroleras argentinas no cargaron combustible al avión por temor a las sanciones de Estados Unidos.
Posteriormente, el 11 de junio, se difundió que el Gobierno argentino había ordenado inmovilizar el avión. Unos días después, un juez ordenó retener los pasaportes e impedir la salida del país de los tripulantes, que nunca fueron detenidos. De hecho, hasta ahora, han tenido plena libertad de movimientos.
Ya en agosto, el Departamento de Justicia de EE.UU. solicitó a Argentina que le permitiera confiscar la aeronave.
LA RESPUESTA DE VENEZUELA
La reacción del Gobierno de Nicolás Maduro fue contundente, y ni siquiera fue suavizada ante el hecho de que las relaciones diplomáticas entre ambos países apenas habían comenzado a deshelarse tras haber sido degradadas durante el Gobierno del expresidente Mauricio Macri (2015-2019).
Como “un secuestro” fue catalogada la retención del avión por el presidente Nicolás Maduro y altos funcionarios de Venezuela. De hecho, promovieron una campaña para exigir la vuelta de la tripulación y la entrega de la aeronave.
Para 12 de ellos terminó la incertidumbre el pasado martes, cuando la Justicia argentina autorizó su salida, tras un primer fallo emitido a principios de agosto por el juez Federico Villena, quien levantó la prohibición y autorizó a devolver los pasaportes a 11 venezolanos y un iraní, a condición de presentarse, mensualmente, ante las Embajadas de Argentina en sus respectivos países.
Con información de la EFE