Luis Muñoz Moreno
Sorprendentemente, este personaje de las letras reunía a la par la característica de ser un individuo altamente inteligente en lo racional, de allí que intercambiar con Muñoz se transformaba en una grata confrontación de ideas en la cual había que meditar mucho lo que se argumentaba, so pena de ser apaleado por el Profesor. Esa era parte de su personalidad y de su atractivo como persona. Y en ese disfrute de la existencia pude derivar muchos momentos placenteros complaciéndome de su conversación y compañía.
Rendirle un homenaje a este hombre singular, es un deber ineludible como amigo que fui de él, pero también como familia. El Profesor Muñoz, como lo conocíamos todos, era efectivamente un Profesor (con P mayúscula); fue un docente por vocación y amor, que comenzó la muy digna profesión de Maestro, ascendió por méritos propios a Director del plantel donde impartía cátedra y estudió con tesón para laurearse como Profesor. Pero Muñoz, además de docente de aula o de oficina, era una figura ejemplar en la comunidad educativa; su vida estuvo llena de dignidades y de actos apegados a la ética y al buen comportamiento ciudadano. Ya vimos testimonios de personas que avalan su apego irrestricto a la pulcritud administrativa en su andar por la Caja de Ahorros, lo cual constituyó un proceder insólito entre quienes le antecedieron y le sucedieron. De manera que fue una persona a contracorriente del modo de gestionar los dineros públicos, que tanto daño le ha hecho al país. En un país de vivos, donde es casi motivo de orgullo robar al Estado, este prohombre exhibió en blasón inmaculado. Así, Muñoz brilla en solitario en el Olimpo de los honestos y se constituye en un ejemplo a seguir por nuestra familia y quienes le conocieron
Pero Muñoz fue mucho más que eso. Fue un hombre culto, formado en las humanidades, muy educado en su trato hacia las personas, afable y deferente, sin exclusiones por ninguno y sin rendirle pleitesía a nadie. Vertical con sus principios y leal a su pensamiento. Era persona de reflexiones, profundas y complejas, y sus ideas eran elaboradas y expuestas con la estructura y la parsimonia que lo caracterizaba. Gustaba, como buen ciudadano que era, seguir el discurrir de la política y le importaba el destino de la nación, a eso no era indiferente y de allí su riguroso análisis político; claro está, teñido del contenido ideológico que compartió, como cada uno tenemos el nuestro.
Demás está decir que Muñoz no hubiese sido el hombre de éxito que fue, de no haber sido por Querida, sin cuya compañía, trato, cuidado y abnegación, la hubiese tenido difícil el Profesor para acumular tantos logros. Ella fue la alegría de su vida y la ventana social que proyectó a nuestro personaje. Como hombre de familia intachable que fue, constituye un gran ejemplo para Luis Gerardo y sus demás hijos. Descansa en Paz querido amigo que dejas en todos nosotros una impronta indeleble.
Miguel Méndez Rodulfo
3 de Abril de 2018