A los pocos minutos se presenta una tranca y al contar los tantos las dos parejas estaban 10 a 11. Todo jugador de dominó sabe que el resultado de una tranca, no debe quedar una pareja impar y la otra par.
Ante esa evidencia, no queda más que contar las piedras. A pesar de que los cuatro jugadores aparentemente tenían 7 fichas cada uno, el resultado no dio 28. Solamente había 27 piedras en juego y a partir de allí comenzó la incesante búsqueda que aun no termina.
Los presentes empezaron a buscar la ficha perdida debajo de la mesa, en los bolsillos y hasta en las carteras de las mujeres. Se infería que en el barajo anterior se había caído y solo era cuestión de buscar con detenimiento.
Finalmente, se deciden revisar minuciosamente y se dan cuenta de que el tres blanco no estaba. Tanto los jugadores como los mirones no se explicaban cómo pudo desaparecer esa piedra ante la vista de todos.
Minutos antes de las 12 de la noche, los jugadores cabizbajos se retiraron a sus aposentos, porque esa es hora de espantos y aparecidos.
Esto no es cuento ni producto de la imaginación. Es un hecho que ocurrió este domingo 11 de diciembre en San Juan de los Morros, en Ron Grill, en Las Palmas.
Ante esta situacion existe la incertidumbre de qué va a pasar cuando los cuatro jugadores se vean las caras en una nueva partida de dominó en la misma mesa donde ocurrió el inexplicable hecho.
[…] Ramón Figuera CNP 12.528 – El Tubazo Digital […]