En el año 50, fue que la telenovela, se convirtió en un nuevo fenómeno que arribó a tierras venezolanas; este marcaría el destino de entretenimiento de los venezolanos.
Durante la década de los 70, 80, 90 y principios del 2000, las telenovelas criollas eran las que marcaban la pauta fuera y dentro de Venezuela. Escritores como Delia Fiallo, Salvador Garmendia, José Ignacio Cabrujas, Leonardo Padrón, Mónica Montañés y Martín Hahn, dieron grandes historias que atraparon a toda una generación de televidentes que hasta el día de hoy.
Las telenovelas en Venezuela, (las escritas por Padrón) tocaron algunos temas álgidos en la situación política que se comenzó a vivir en el país a principios de la década del 2000, lo vimos en Cosita Rica (2003) y Ciudad Bendita (2006), aunque estas no fueron las primeras telenovelas en hacerlo, ya Por estas calles (1992) de Ibsen Martínez, tocó el tema de la política y la crisis social de aquel momento.
En la actualidad, la crisis política, humanitaria, económica y social que padecen los venezolanos no ha sido adaptada en la pantalla chica. Esta misma crisis ha causado que la industria de la televisión haya decaído, obligando a muchos talentos a tener que abandonar la televisión nacional.
A pesar de ello, esto no ha sido impedimento para Óscar Sánchez, un joven venezolano que se encuentra en los Estados Unidos. Sánchez, es actor e ingeniero y con la ayuda de las redes sociales, ha plasmado el drama de la vida real de la diáspora venezolana en una Insta-novela para el disfrute de aquellos amantes de los culebrones.
El nombre de la telenovela es “Permiso para emigrar”, y con un gran toque de humor, drama, comedia y acción, promete entretener a todos con anécdotas muy propia del venezolano.
Aunque no cuenta con la super producción de RCTV, ni mucho menos la de Venevisión, el ingenio venezolano se hace presente en la producción audiovisual grabada en Miami.
Fuente
Carlos Arana