“Para nosotros, igual que para Venezuela y Nicaragua, está muy claro que se estrecha el cerco, y nuestro pueblo debe estar alerta y preparado para responder a cada desafío con unidad, firmeza, optimismo y fe inquebrantable en la victoria”, afirmó Castro.
Indicó que el retorno de gobiernos de derecha al poder en América Latina y una política hostil de Washington hacia la izquierda regional han “conformado un escenario adverso y otra vez resurge la euforia en nuestros enemigos y el apuro por hacer realidad el sueño de destruir el ejemplo de Cuba”.
Vestido con su uniforme de general de Ejército, Castro habló en el acto central por el 26 julio, 65 aniversario del asalto al cuartel Moncada, con el cual inició la revolución.
Castro, quien cedió en abril la presidencia a Miguel Díaz-Canel -también presente en el acto- pero conserva el cargo de primer secretario del gobernante y único Partido Comunista (PCC), se refirió las relaciones con Estados Unidos, restablecidas en julio de 2015, como “vínculos diplomáticos formales”.
Destacó que desde agosto de 2017, con la actual administración de Donald Trump, “se han degradado los vínculos bilaterales” con el “pretexto” de la llamada “guerra sónica”, “cuyo origen nadie ha podido explicar ni probar”.
Asimismo, añadió, se ha “recrudecido” el bloqueo norteamericano contra Cuba, “en particular la persecución de nuestras transacciones financieras”.
Los pronunciamientos oficiales de Washington sobre la isla “se caracterizan por el irrespeto, la agresividad, el injerencismo y la burda manipulación de la verdad histórica”, dijo Castro.
No obstante, advirtió a Washington que el pueblo cubano ha “corrido todos los riesgos y resistido” durante 60 años, y que “por difíciles que sean las circunstancias, por grandes que sean los desafíos (…) defenderá por siempre su revolución socialista”.
El líder cubano también expresó “la invariable solidaridad de nuestro pueblo, partido y gobierno” con Venezuela y Nicaragua.
Fuente
Con información de la AFP