El plan de Tae-yong salió bien en un primer momento. Encerrados atrás y saliendo al contraataque, pusieron en peligro a la defensa mexicana por banda. Son, hoy sí, estuvo entonado y Hee-chan mostró algunas pinceladas de su velocidad. Pero resultó insuficiente ante un México que está en estado de gracia.
Los de Osorio encontraron un amigo en Hyun-soo. El central surcoreano regaló un penalti a su rival al lanzarse a cortar el balón con las manos muy abiertas. El balón le golpeó en las extremidades y Razic lo pitó. Fue un penalti sin ton ni Son.
Carlos Vela aprovechó el regalo y puso por delante a los suyos. Corría el minuto 26 y eso fue lo que duró Corea del Sur. Tuvieron chispa, sí, pero en ningún momento exigieron demasiado a Ochoa, que respondió bien ante los tiros lejanos que venían, sobre todo, de Son.
Ya en la segunda mitad fue un recital azteca. De la mano del Chucky Lozano -cuyo precio aumenta a cada minuto que juega con el Tri- lanzaron una contra que culminó Chicharito tras deshacerse fácilmente de Hyung-soo, horrible en este día. Era el gol 50 para él, máximo goleador histórico de su selección y tercer mexicano que marca en tres mundiales, tras Márquez y Blanco.
En el descuento, Son marcó un golazo para los suyos y refrendó su partidazo. Jugó muy solo pero, a diferencia de frente a Suecia, no se escondió y demostró ser el mejor de los suyos.
Para estar en octavos, los de Osorio necesitan que Alemania no gane a Suecia en el otro partido del grupo. Su trabajo hasta ahora, eso sí, está siendo impecable. Ojo a México que mete miedo.
Fuente
Víctor Romero