Home Gente de mi pueblo Saúl Sivira / Rastros de un municipio

Saúl Sivira / Rastros de un municipio

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Las Mercedes del Llano
Foto recopilación de Pedro Sivira (+) tomada del archivo de El Nacionalista a través de Aníbal Villalobos

Hoy retorno a mi pueblo

como un hijo ilegitimo

ilusionado

evoco inolvidables momentos

de mi infancia: mis escuelas

Rafael Paredes y Monseñor Rodríguez

mis maestras y maestros.

de mi adolescencia: el liceo

en Mayalito y el Pedro Itriago Chacín

al recorrer en solitario

aquellas polvorientas calles de:

Paraquitos, La Rochela, 5 de Julio,

La Quinta, La Romana, La Peñita

Las Palmas, Chaparro Gacho, Los Apolo,

Los Mirimire.

Caminos y matorrales

me reencuentro con mis

visitados lugares:

la plaza Bolívar, La Taguara, Las Delicias,

El Matapalo, La Manga de Coleo,

La Cueva del Humo.

 

Aquel soplo de brisa fugaz y sonora

los incandescentes rayos del sol

y la sombra de los pasos

de mis ancestrales huellas

¡Cuánta soledad!

Cuanto abandono, ruinas,

destrucción y miseria

han sembrado algunos

Alcaldes y Concejales indolentes,

forasteros sindicalistas y políticos.

En cada paso

en cada rincón

en cada esquina

en cada casa

los fogones de leña

esparcen el aroma y sabor

de un café recién colao

el obligado saludo mañanero

y un energético apretón de manos

costumbres del llano.

 

Aparecen lejanos recuerdos

y borrosas imágenes de:

añejadas noches de serenatas

torrenciales aguaceros

quebradas y lagunas

típicos lugares de reunión

en épocas de semana santa

las fiestas patronales

los famosos contrapunteos

las terneras populares

las misas de aguinaldos

los maratones y carreras

de bicicletas.

 

Busco en el horizonte

un motivo

una señal

de aquel pintoresco caserío

que me vio nacer

donde me crié

y cultivé sueños y fantasías

entre esa mezcla de razas

y tradiciones folkloricas

del llano: bailes de joropo,

cantos, tonadas, contrapunteos

sabores del paloapique

y la carne asada

olores de la flor sabanera

y el mastranto

sonidos del canto de los pájaros

colores del araguaney, el apamate

y merecure.

Borrosas imágenes grabadas

de un pasado

y un presente

me despierta

el cercano retumbar

de un recio contrapunteo

que cabalga las notas salvajes

de un caballo recio moro

y el rebuznar de los burros.

 

Al compás de joropo

un cacareo de capachos

el arpegio de cuatro sonoro

el intenso bordoneo del arpa

se levanta una nube de polvo

que se confunde

con un enérgico zapatear

de alpargatas

y el vaivén de faldas multicolores

y típicos sobreros de cogollo.

 

¡De pronto!

Se oye el eco de un grito

¡Carajo!

¡Paisano!

Creo que estoy

 en mi pueblo

en las Mercedes del Llano

o todavía sueño despierto

con la trágica pesadilla

que revive la historia

de un pueblo fantasma

reseñado en la novela

Casas Muertas de

Miguel Otero Silva.

¿Parecido o coincidencia?

Saúl Sivira

Poeta guariqueño

 

 

 

 

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