Después de una penosa enfermedad, el conocido artista, murió a la edad de 40 años, cuando contaba con miles de seguidores en Colombia y Venezuela.
Julián Antonio Indriago Díaz, “Julio Miranda”, nació el 7 de julio de 1953, en la ciudad de Carúpano, estado Sucre, donde aprendió diversos oficios.
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Al tiempo que estudiaba bachillerato, se desempeña junto a sus hermanos como pescador, ya que nace en el seno de una familia muy humilde.
Así mismo, realiza labores de limpiabotas, motorizado, chofer, técnico en refrigeración y mecánico hasta convertirse en cantautor de la música llanera.
A los 8 años comienza sus manifestaciones artísticas y su primera actuación fue bien recibida por el público en el Teatro Municipal de Carúpano. En cuanto a sus presentaciones en radio, se inicia en el programa “Hora infantil” por Radio Carúpano en el estado Sucre.
El joven soñador siente inclinación por la música llanera, oyendo a Jesús Moreno, el Carrao de Palmarito, Francisco Montoya y el sonido del arpa criolla.
A partir de allí su mente comienza a volar y desarrolla su vena poética, que con el correr de los años lo convierte en compositor.
El adiós a su pueblo
Llega el momento en que siente que su pueblo se le hace pequeño para expresar musicalmente sus inquietudes y decide, viajar a Caracas.
En la capital, se le abren las puertas de una exitosa carrera y su primera canción comienza a sonar insistentemente en radio y televisión.
“Egoísmo” lo dio a conocer por todo el país y así comienza una vertiginosa carrera musical que ni el tiempo ni la muerte han culminado.
Transcurría el año 1982 cuando el joven sucrense que le canta al llano se proyecta como uno de los grandes de la música del llano.
Julián Indriago se convierte en Julio Miranda
El maestro José Romero Bello, lo bautiza artísticamente y se basa en el nombre del padre del artista, Julio y una población de Paracotos. Así nace Julio Miranda.
Julio Miranda, llevó la música llanera a Colombia, México, Estados Unidos, Puerto Rico y otros lugares de la tierra.
Sus éxitos
Se recuerdan sus temas: “Egoísmo”, “Aquel Señor”, “Amor de ayer amor de hoy”, “El sentir de un poeta”, “Un tiempo mejor”, “Cuando el amor se termina”, “Consejos de copas”, entre otros.
Su despedida terrenal
El sábado 11 de junio de 1993, se riega por toda Venezuela y más allá, la infausta desaparición física de un noble soñador. Sus admiradores, familiares y amigos, le acompañaron a su última morada desde la Funeraria Cristo Rey al Cementerio Metropolitano de Turmero.
El recorrido se hizo a pie, con el acompañamiento de dos arpas, para decirle adiós a un venezolano que demostró que los sueños son posibles.
Ramón Figuera – El Tubazo Digital
