En una charcutería del centro de Maturín, se constató la información y, efectivamente, sin motivo, el kilo de queso ya exhibía el nuevo precio.
Los usuarios que llegaron al negocio se quejaron porque un pedacito del rubro ya cuesta 100 mil bolívares y “eso no te da ni para una comida y menos si tienes un grupo familiar de más de cuatro personas”, expresó una habitante de la zona.
También se pudo conocer que el queso duro está aún más costoso, donde hay charcuteros que lo venden en 2 millones de bolívares el kilo, algo que catalogaron los consumidores como “inaudito”.
No hay quien regule los precios
La escalada de precios ante la hiperinflación en la entidad no tiene control ni límites, solamente a los angustiados padres y madres de familia que no saben qué hacer para poder alimentar a sus familias ante la creciente pérdida del poder adquisitivo para comprar la comida diaria.
Ante esta situación, los lugareños comentan que los funcionarios de la Sundde no se han pronunciado.
Fuente
Estrella Velandia / Con información de corresponsales