Todo un patrimonio con12 habitaciones que luego se convirtieron en 30, junto a corredores, pasillos y escaleras rodeado de la majestuosa naturaleza.
Cien año después, el viejo hotel termal paso a ser un albergue de indigentes y delincuentes que utilizan sus estructura para resguardarse, mientras este, poco a poco se derrumba ante la mirada cómplice de autoridades y entes culturales.
Ni el Ministerio de la Cultura ni Fundaculgua, así como los representantes del sector cultura se han pronunciado ante esta tragedia patrimonial.
Como si no bastara con su golpeada estructura, ahora comienzan a destruir sus barandas frontales, todo un costoso e invalorable patrimonio.
Este sitio ha sido visitado por diferentes gobernantes quienes han prometido “rescatarlo”. Durante la gestión del gobernador anterior se colocó una cerca de alfajol y avisos que advertían que dicho lugar era “propiedad del gobierno regional” de nada valió esto, el daño aumentó.
Orlando Medina Bencomo