Caracas.- A su salida de la cárcel la noche de este martes, 17 de septiembre, el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional (AN), Edgar Zambrano, aseguró que no sufre “del síndrome de Estocolmo, no agradezco ni a mí secuestradores, ni a ninguna seudo oposición mi liberación”.
“Porque no he cometido delito alguno, fui secuestrado y casi aniquilado humamente por este régimen por solo pensar distinto. Agradezco a Dios la fortaleza que me dio, a Venezuela por su solidaridad y a mis compañeros de la AN por su apoyo humano y moral”.
Zambrano agregó que “la Constitución estuvo ausente durante los 135 días que permanecí tras las rejas”, y agregó que en una democracia no deben existir prisioneros políticos, deben respetarse los derechos humanos y las garantías constitucionales.
Por lo que su encarcelamiento fue injusto y violatorio, en consecuencia, mi prisión fue injusta y violatoria de todo el debido proceso. Agregó que se espera que el miércoles sean liberados otros 58 prisioneros, y también la de los cuatro compañeros estaban con él durante la noche de su captura.
“Mi captura fue prácticamente un secuestro. Fui capturado en medio de la noche, por unos señores que nunca se identificaron, sin ninguna orden de captura emanada de un tribunal de la república y en plena violación de a mis garantías y derechos políticos”.
El aislamiento
Zambrano también se refirió a las condiciones de su encarcelamiento. Explicó que estuvieron aislado cerca de 70 días. “Yo recibí la primera visita el día 34 de unos integrantes del Parlamento Nacional, del Grupo de Boston y en compañía fue mi esposa”.
“Posteriormente, el día 70 se presentó el Ministerio Público, y día número 72 recibí la visita de mis abogados que he debido tenerlos desde el primer día de mi encarcelamiento”.
Agregó que la primera entrevista con su familia la tuvo el día 74, detrás de un vidrio y por medio de un auricular. Después de esto realizó una huelga de hambre durante 10 días, en compañía del mayor general Miguel Rodríguez Torres.
Asegura que se siente lleno de energía, que pudo vivir gracias al amor y la pasión de su familia, de la militancia de su partido y de los venezolanos en general. “Estoy lleno de fe, lleno de credo, lleno de esperanza, lleno de amor por mi país y sigo siendo un político de oficio”.
En consecuencia desde el miércoles iniciará contactos con sus compañeros de la AN, de Acción de Democrática y con aquellos que fueron a recibirlo a su salida de la cárcel.
El Universal