Las autoridades locales, junto a representantes de la Embajada venezolana en Trinidad y Tobago, registraron al grupo. Dicha medida fue para asegurarse de que ninguno de los migrantes era víctima de tráfico humano, según la nota.
La madre del bebé, que resultó herida durante el incidente con los guardacostas, se encuentra ya fuera de la unidad de cuidados intensivos. De hecho, está en plan de recuperación de sus lesiones en un hospital del país caribeño.
La familia Santoyo Sarabia quiere que el Ministerio de Seguridad Nacional les otorgue permisos para permanecer en Trinidad y Tobago y no ser deportados. Así lo anunció el pasado jueves su abogado.
El letrado Blaine Sobrien dijo que sus clientes son “refugiados y hay familiares del bebé en Trinidad y Tobago que no pueden regresar a Venezuela”. No lo pueden hacer “porque algunos de ellos eran miembros de las fuerzas armadas y si regresan pueden enfrentar la cárcel o ser asesinados”, señaló.
El objetivo es la reunificación familiar en Trinidad y Tobago, donde ya vive el padre del niño fatalmente tiroteado y otros parientes.
Con información de la EFE