El experimento consistió en ‘hackear’ una cafetera inteligente, un proceso que, según parece, se realizó con relativa facilidad.
Tras ser corrompido el electrodoméstico comenzó a arrojar agua hirviendo sin control y sin responder a otros comandos mientras exigía un rescate.
Hron quería demostrar con este ensayo que los dispositivos inteligentes no solo pueden usarse para espiar o recopilar datos de los usuarios. Sino que, sus debilidades también pueden ser aprovechadas para ataques más serios como tomar el control de los electrodomésticos con conexión a Internet.
El especialista llevó a cabo un proceso de ingeniería inversa para estudiar el funcionamiento de una cafetera de la marca Smarter iKettle.
Tras introducir un código malicioso, el electrodoméstico empezó a botar agua hirviendo sin parar y activó aleatoriamente otras funciones. Además, hacía sonidos mientras mostraba en la pantalla el mensaje: “¿Quieres recuperar tu cafetera?”.
En esa situación, la única manera de pararla sería desenchufándola.
En un inicio el plan era ‘hackear’ la cafetera para convertirla en una máquina de minar criptomonedas. Pero debido a su procesador poco potente no merecía la pena usarla para ese propósito y fue mejor pedir un rescate.
Hron sostiene que el mayor problema es que un dispositivo de IdC podría ser usado para llevar ataques a otros dispositivos conectados al mismo Wi-Fi. Algo que compromete la seguridad de los usuarios en sus hogares e incluso empresas.
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Con información de Actualidad RT