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Alex Vásquez Portilla / El país fabulado

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TSJ en el exilio

Los políticos de oposición en Venezuela, la gran mayoría de ellos, no todos, se caracterizan por hacer el ridículo, muchos de sus actos provocan risa o burla por resultar muy extraño, grotesco, extravagante, etc.

El 11 de abril del 2002 el golpe de Estado que le dieron a Chávez terminó en una acción muy bufa, fue el golpe de Estado más efímero en la historia de la humanidad y su actor principal, Pedro Carmona, el pueblo le puso el remoquete de Pedro “El Breve”. 48 horas o menos duró su mandato. Después de tanta alharaca y de un río humano que amenazó con inundar el Palacio de Miraflores, terminó siendo el hazme reír  del orbe.

Las guarimbas organizadas por un sector opositor, si no hubieran sido tan trágicas, violentas y causado tantas muertes de venezolanos, pudieron convertirse en otro hazmerreír. Pero lo que no puede ocultarse es que constituyó una acción tosca, sin respaldo popular para derrocar un gobierno, fue una operación financiada por los gringos, he allí su éxito, muchos se alistaron como guarimberos para recibir unos churupos.

La oposición obtuvo una contundente victoria electoral cuando ganó la Asamblea Nacional, desde su instalación comenzó una cadena de comiquitas para sacar a Maduro del poder. El chocarrero que la presidió, Ramos Allup, le dio un ultimátum al presidente y le dijo que en seis meses le darían Matarile Lire Ron. Llegaron al ridículo con destituirlo porque era colombiano, aunque nunca presentaron su partida de nacimiento y posteriormente declararon el cargo vacante de Presidente de la República. Resultado: Maduro sigue vivito, coleando y gobernando, mientras  la oposición golpista está espachurrada.

Todo esto viene como cuento para ocuparnos de algo mucho más risible, el Tribunal Supremo Jodedor en el exilio, nombrado por la desacreditada y en desacato Asamblea Nacional, ha emitido varios fallos en contra de la institucionalidad y de la figura presidencial de Venezuela, que más bien parece un guion de un programa de humor, por ejemplo Qué Locura o Radio Rochela, que de un órgano judicial.

Este TSJ en el exilio le abrió un juicio a Maduro y tuvo como fallo su destitución. Una de las nuevas integrantes de las payasitas Ni Fu Ni Fa, Luisa Ortega Díaz, la autodenominada fiscal general en el exilio, mostró su complacencia por el fallo que sentencia a Nicolás Maduro a 18 años y tres meses de prisión por su vinculación con una supuesta trama de corrupción.

Cuando se dio cuenta que Maduro iba rumbo a la ONU, la Ni Fu Ni Fa le  advirtió a los Estados Unidos para que procediera a detener a Maduro. Argumentando que las autoridades estadounidenses harían valer la orden de detención emitida por el Tribunal Supremo Jodedor (TSJ) en el exilio.

Cuando los del TSJ-exilio advirtieron que Maduro llegó a Nueva York y se trasladó sin problemas hasta la sede de la ONU aseguraron que en la 73 Asamblea no le concederían el derecho de palabra, en virtud de que ya no es presidente, pues ha sido destituido dos veces por la Asamblea Nacional y enjuiciado por ellos y sentenciado a pena de prisión. De verdad que son tremendos jodedores estos magistrados exiliados. Se equivocaron porque sí le dieron el derecho, con todas las formalidades propias de su condición de jefe de Estado. ¿Entenderían los del TSJ, la AN y la payasita fiscal,  que sus fallos no le paran pelota alguna en el mundo o requieren de más pruebas?

Entraron en un estado de ira y soponcio al percatarse de que era inevitable que hablara en el máximo foro mundial, ya sin control mental, profetizaron que lo haría mal, que pondría la gran cag… Argumentaron lo de siempre: Maduro es muy bruto. Pero se equivocaron de bote en bote. El “destituido presidente” por parte de la AN y el TSJ habló en la ONU y sorprendió al mundo.

Cuando se hizo claro que Maduro dio un gran discurso, los del Tribunal Supremo Jodedor y la payasita vueltos trisas optaron por pronosticar que al salir sería despreciado por la comunidad internacional y tendría que escabullirse a toda prisa de Gringolandia para evitar que, ahora sí, lo pusieran preso. Erraron porque Maduro recibió gestos de respaldo y simpatía (hasta cola hicieron para saludarlo) y luego fue a un acto de solidaridad con Cuba en Harlem. Se quedaron con los ojos claros y sin vistas.

No dan pie con bola. Si en lugar de dedicarse a la política se dedicaran al pronóstico de lotería, ya una turba de tahúres defraudados los hubiera ajusticiados.

Pendientes el próximo martes.

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