Uno de los poemas más hermosos que he leído y es todo un homenaje a la reconciliación es “Mi venganza personal”, de un compositor nicaragüense, el poema fue escrito en julio de 1979, el año entrante cumplirá 40 años.
El pasado domingo 24 de junio la vicepresidenta de Venezuela Delcy Eloína Rodríguez citó este poema, luego de afirmar: “La revolución es nuestra venganza por la muerte de nuestro padre. Es la oportunidad de demostrar lo profundamente humano que es el socialismo. No hay odio”, habría dicho esta al periodista José Vicente Rangel en su programa dominical.
Inmediatamente se generó una oleada de comentarios y posteriormente de artículos sobre la “venganza” de Delcy, como es costumbre pocos se ocuparon de leer el poema .
El párrafo que realmente nos interesa está aquí: “Feliz de estar en la revolución, sabemos que esa es nuestra venganza personal de esa época oscura donde muchos jóvenes fueron asesinados. …la llegada del presidente Chávez fue nuestra venganza personal: la inclusión, la democracia protagónica, el camino de nuestro libertador, para nosotros allí esta expresada la venganza personal como el poema de Tomas Borge”.
El odio de gratis o ganado que algunos sienten hacia la vicepresidenta, o la animadversión hacia ella hizo que muchos se desbocaran y en vez de cuestionar a la persona, cuestionaron el poema.
Imagínese usted mañana a Jorge Rodríguez citando un poema de Benedetti o Neruda (2 comunistas por cierto), entonces satanizaremos el poema porque lo dijo él.
El pelón
Si la feroz crítica se hubiese ocupado de leer el poema habría descubierto donde está el verdadero error cometido por la Vicepresidente. Esta le asignó la autoría del poema a uno de los 9 comandantes de la Revolución Sandinista, fallecido en Managua en mayo de 2012, Tomás Borges.
Este fue el poema que intentó parafrasear y no pudo:
“Mi venganza personal”:
Mi Venganza Personal será decirte:
Mi venganza personal será el derecho
de tus hijos a la escuela y a las flores
mi venganza personal será entregarte
este canto florecido sin temores
Mi venganza personal será mostrarte
la bondad que hay en los ojos de mi pueblo
implacable en el combate siempre ha sido
y el más firme y generoso en la victoria
Mi venganza personal será decirte:
buenos días, sin mendigos en las calles
cuando en vez de encarcelarte te proponga
te sacudas la tristeza de los ojos
Cuando vos, aplicador de la tortura
ya no puedas levantar ni la mirada
mi venganza personal será mostrarte
estas manos que una vez vos maltrataste
sin lograr que abandonaran la ternura
Y es el que el pueblo fue el que más te odió
cuando el canto fue lenguaje de violencia
pero el pueblo hoy, bajo de su piel
rojinegro tiene erguido el corazón!
La razón de haberle endilgado este poema al comandante Borges es por una anécdota ocurrida cuando inició la revolución Sandinista. Borges fue designado ministro del interior, por ser el guerrillero más viejo. Borges implementó algunas cárceles abiertas y eliminó la pena de muerte que la dictadura tenía impuesta.
En septiembre de 1979 la prensa registró una visita de este a una de las cárceles. Allí formaron a todos los presos menos uno que se negaba a salir, cuando llegó Borges, pidió verlo. Cuando están frente a frente el ministro le dice: “tú me torturaste”.
Aseguran los biógrafos que allí estuvieron que el hombre hizo silencio, entonces Borges volvió a decir en tono más alto “Tú me torturaste pero mi venganza personal será perdonarte”. Eso fue todo lo que ocurrió y la anécdota se esparció por todas partes.
Por esta razón tanto la vicepresidenta como los propagandistas del gobierno, que no son muy dados a leer, le endosan el poema a Tomás Borge.
El verdadero autor
Luis Enrique Mejías Godoy, músico afamado en Nicaragua, hijo de músicos y hermano de músicos en el año 1979, a pocos días de haber echado a la dictadura del poder, este compuso el tema ‘Mi venganza personal’, como un canto al amor y a la no violencia.
Incluso el compositor- y guitarrista Diego Silva Silva uno de los tantos que visitaron Nicaragua en esa época narra cómo en 1980 Mejía Godoy le dio una canción para hacerles arreglos. “el texto me pareció un poco extraño y le pregunté a Luis de que se trataba y me dijo: esta fue la expresión de Tomas Borge cuando se encontró frente a frente con uno de sus torturadores en una de las cárceles” le confesó el autor.
Fin de la historia.
eltubazodigital@gmail.com / Orlando Medina Bencomo