1 El coranovirus (Covid-19) lo cambió todo. Hay una abrumadora información sobre los virus, su difusión y peligrosidad. Hablamos y expelemos virus. Llegó la hora de recurrir a la filosofía del silencio y de marcar distancia unos de otros.
2 Heidegger dijo que el silencio significa la máxima expresión de la palabra y la posibilidad máxima de acercamiento al ser.
“El silencio es un amigo que jamás traiciona” (Confucio).
“Permanece en silencio. Descubre la armonía en tu propio ser. Acéptala totalmente”. (Lao Tse).
3 Encerrados cada uno de nosotros en sus respectivas casas tratamos de buscar el significado de toda esta tragedia tras la pandemia. Estamos ensimismados y “el ensimismamiento es una conversación consigo mismo” (Kierkegaard).
“Medita profundamente antes de obrar o hablar. Conversa más contigo mismo que con los demás.(Pitágoras)
4.- “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora:…Tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar…Tiempo de callar y tiempo de hablar” (Eclesiastés).
5 “…Mas lo que sale de la boca, (del corazón sale; y esto) contamina al hombre”. (Mateo 15: 18-19).
6 Hay revistas científicas y populares que hablan de las longitudes que alcanzan los virus contenidos en las góticulas que expulsamos cada vez que respiramos, hablamos, reímos, tosemos o estornudamos: Hay virus que vuelan más de diez metros.
Por eso algunos, en un acto exagerado de angustia existencial, aconsejan andar con una cinta métrica para observar las reglas higiénicas dimensionales preventivas y así eludir el mal mortal.
7 De ahora en adelante la humanidad estará muy alerta sobre la deletérea ubicuidad de los virus. Esta espada de Damocles ya se clavó para siempre en el inconsciente colectivo.
8 Interesante, después que todo esto pase, ¿seguiremos soplando las velitas sobre la torta de un cumpleaños?
Propongo que se use un abanico chino de bambú decorado con hermosos jeroglíficos; o en su defecto, un pequeño ventilador, de esos que se colocan en los tableros de los automóviles, adornado con los mensajes propios de ese momento, cumbre de nuestras existencias, en que unos agradecen a Dios o al destino por haber alcanzado un escalón más en la espiral ascendente de Cronos; y otros, más pesimistas pero al mismo tiempo más realistas, no están muy alegres porque saben que cada cumpleaños es un paso más adelante hacia la sepultura .Un cumpleaños es igual a una transacción comercial: cada vez que compras tienes menos en las alforjas.
9 La cuarentena por el Covid-19 nos ha convertido a todos en practicantes de la filosofía pedestre o de las esquinas, cuya pregunta fundamental no es la relación entre el espíritu y la materia, sino la actitud básica de nuestra vida emocional: ¿El vaso está medio lleno o medio vacío? Por ejemplo: de jóvenes vemos el cumpleaños a través del cristal del vaso medio lleno: Lo mejor de este mundo es la infancia, dice Sábato. En esa época todo es eterno y no hay límites, contamos los periodos según las fiestas, los cumpleaños, etcétera.
En la mediana edad se nos presenta el vaso medio vacío por todas esas crisis existenciales de los 40-50, o un poco más.
Y, ya transitando hacia la vejez el vaso nuevamente suele estar medio lleno porque hemos atravesado el desierto y se puede disfrutar ampliamente de los placeres intelectuales, como sugería Cicerón.