Una Economía donde el crédito no exista es una escomía estancada, es decir su crecimiento es nulo con grave tendencia al decrecimiento.
La grave situación económica que vive el país aunado a la decisión gubernamental de elevar porcentualmente el encaje legal obligatorio de la banca pública y privada, ha traído como consecuencia la eliminación del crédito.
Anteriormente ya veníamos experimentando esta situación en el comercio como consecuencia de las incalculables subidas de precios de los bienes y servicios; pero ahora con la eliminación del crédito financiero a las personas naturales y jurídicas el jaque mate a la prosperidad económica es indetenible.
Vale recordar el simple crédito a las economías familiares que concedían las casas comerciales para la adquisición de artículos domésticos tales como lavadoras, neveras, televisores u otros muebles con plazo hasta de veinte y cuatro meses para pagar o la importancia de cargar en el bolsillo una tarjeta de crédito que permitía cubrir cualquier eventualidad para darnos cuenta de la importancia del crédito.
Ningún empresario por muy arriesgado que sea se aventuraría a instalar una nueva empresa o ampliar una existente sino cuenta con el apalancamiento necesario para culminar su proyecto, de la mano en una economía normal van estos con los bancos en este tipo de tareas, lo que significa producción de bienes y servicios requeridos por la sociedad, además de más empleos, impuestos y algún otro valor agregado a la mejoría del país.
En qué cabeza cabe que Maduro por ejemplo invite a estos pequeños y medianos productores a recuperar económicamente al país si su gobierno ha desaparecido al crédito.
Suena a burlas estas cosas. La recuperación económica del país empieza por recuperar ese parque industrial cerrado, el sector de la construcción parado, la agricultura olvidada y el turismo más que caído a través del crédito blando y de largo alcance; pero con estos administradores del país no podemos contar para esto. El cambio de administración es una necesidad.
Sin el crédito a los empresarios o productores, sin el crédito al consumidor no hay economía que valga.
José Vicente Flores Muñoz
