Luego de dos intentos fallidos el presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó visitó la capital guariqueña. Es el estado número 15 que logra visitar en 7 meses, a un promedio de dos por mes. A ese ritmo, en la primera quincena de diciembre, un mes antes de terminar su mandato, completará su agenda.
Justo es reconocer el esfuerzo que hizo para llegar hasta Guárico, no por los “obstáculos” del “régimen”. La orden dada es “dejarlo rodar”, el gobierno cree más en el desgaste que en el crecimiento de este.
La organización del evento fue un total desastre, sin coordinación, sin responsables de movilización, sin agenda. Una visita con cambios sobre la marcha. Dirigentes regionales se excusan ante su militancia diciendo que todo se hace así “por razones de seguridad”. La gran verdad es que todo, absolutamente todo, lo controla un grupito desde Nivel 1, que es Caracas. No confían ni en partidos ni en las regiones.
Guaidó intenta ser una mezcla de Carlos Andrés Pérez con algo de Chávez pero pasado por un filtro para terminar pareciéndose a Obama: Como lo acusan algunos en la oposición: un socialdemócrata populista, bañado de la corriente del partido Demócrata. Todo lo anterior es tesis de un sector que lo cuestiona. Lo que sí es cierto, es su andar rápido, abrazar gente y vestir tipo Obama.
Lo peor de la visita fue su discurso, tan vacío y repetitivo como el del presidente Maduro. Aunque son tonos diferentes. Habló mucho y dijo poco. La misma historia. Ante los medios estuvo peor, sus respuestas son semejantes a su discurso.
El balance de la visita permitió determinar tres cosas:
1 La oposición en Guárico esta peor de lo que algunos imaginan. La desorganización, desunión, falta de liderazgo y ansias de figuración de algunos, son elementos a superar.
2 Guaidó es militante de Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López. En Guárico no tiene ni fuerza ni presencia. En conclusión: Guaidó no tiene ni partido ni estructura en Guárico. El resto de los partidos y dirigentes dicen presente en estos actos, pero solo por una razón de estar en la jugada y en la foto.
3.- El gobierno no tuvo necesidad de hacer actos paralelos o trancar calles. Incluso, la dirigencia local opositora solicitó a la alcaldesa del Psuv “autorización” para realizar dicha marcha junto a Guaidó.
Lo positivo de la visita fue la presencia espontánea de los sanjuaneros. Sería de imbéciles menospresiar o minimizar la movilización y la presencia de seguidores, simpatizantes y exchavistas. El opositor se mueve solo, cada vez más desmarcado de los partidos. No pide ni bono ni franela. La visita de Guaidó sacó a la calle a un numeroso grupo que pide cambios.
Finalmente es innegable: Guaidó es un líder, arrastra seguidores, une a la oposición, es carismático, luce fresco y no lo cuestionan públicamente. Podrá tener debilidades y el acto pudo haber sido un desastre, pero eso no le quita sus potencialidades.
Después de esta visita habrá debate en los partidos. Hay muchos opositores activos sin partido. Es urgente captarlos, motivarlos o enamorarlos. Las impresiones recogidas entre opositores se resumen en:
A) Partidos y líderes que les gusta figurar.
B) Partidos y líderes que solo aparecen en actos.
C) y finalmente, lo más grave: partidos y lideres sin propuestas y sin agendas.
Por su parte el gobierno deberá evaluar el escenario político en la región: Hay descontento y critica, pero sin organización ni dirigencia: punto a favor del gobierno.
Hay opositores, dispuesto a marchar y participar. Esa masa está definida, difícilmente se moverá hacia el chavismo.
El gobierno debe mejorar dos cosas claves: su gestión y su conexión con las bases.
Gobierno y oposición están montados sobre sendos barcos pero los dirigen con remos de madera.
El gobierno tiene medios y no informa, tiene aun recursos e insumos y no los aprovecha.
La oposición tiene por primera vez un líder y una masa que perdió el miedo, pero no la valora.
La inflación dejó de ser un caballo que galopaba, ahora es muy lenta Punto a favor del Gobierno. El hampa crece y la corrupción en altos y bajos niveles se hace notar. Punto en contra.
Un fenómeno esta afectando a gobierno y oposición: Todo lo que digan y hagan sus seguidores, sus militantes o funcionarios de abajo, lo pagan los de arriba. Salvo que estos aprendan a explicarle a sus seguidores el concepto de justicia, corresponsabilidad y disciplina.
El Tubazo Digital / Orlando Medina Bencomo