I Caso Perú
José Pedro Castillo Terrones es un maestro rural, natural de Perú, en donde gracias al total fracaso de la clase política, llegó a ser presidente.
Desde el primer día, incluso, antes de la toma de posesión, medios de comunicación y oligarquía peruana no perdieron tiempo, comenzaron la guerra contra este.
El maestro electo democráticamente solo pudo soportar 16 meses y 10 días. Tal vez lo que diga no guste a muchos, pero como yo no escribo para congraciarme con nadie, lo debo decir.
En el caso de Perú estamos ante lo que ahora se conoce como un “Golpe blando” o “golpe suave”.
Era por tercera ocasión que los legisladores conservadores buscaban destituir al mandatario. A la tercera va la vencida. La acusación formal para destituirlo fue una pretendida “incapacidad moral permanente”.
Perú: un país que ha tenido seis presidentes en menos de cinco años. Un país con una brecha social muy amplia. Una clase política que odia todo lo que huela a sindicalismo, campesino e indígena. Con una OEA prostituida y unos vecinos demasiado ocupados en sus asuntos internos.
La pregunta que todos nos hacemos:
¿ Cómo puede ser un país tan inestable y cambiar de presidente a cada momento?
Bueno, aquí la respuesta.
La Constitución peruana en su artículo 113 contempla: Vacancia de la Presidencia de la República. La Presidencia de la República vaca por:
1.– Muerte del Presidente de la República.
2.- Su permanente incapacidad moral o física, declarada por el Congreso.
3.- Aceptación de su renuncia por el Congreso.
4.- Salir del territorio nacional sin permiso del Congreso o no regresar a él dentro del plazo fijado.
Y 5. Destitución, tras haber sido sancionado por alguna de las infracciones mencionadas en el artículo 117 de la Constitución.
Es decir, únicamente el Congreso se encuentra facultado para declarar esa “incapacidad moral”.
Con el debido respeto, pero de todos los países del mundo, creo que donde se hace la política más ruin a la hora de cambiar presidentes, es en Perú.
Usted podrá decir que lo dicho aquí puede sonar duro y hasta grosero, entonces explíqueme como se entiende que la recién juramentada presidenta de Perú, Dina Boluarte, se convierte en la primera presidenta en la historia de Perú, pero también en el sexto jefe del Estado peruano desde 2018: (Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y Dina Boluarte).
Esto sirva de lección para entender que no basta tomar el poder y tener carisma. Es necesario construir organizaciones políticas sólidas que organicen y movilicen seguidores.
Una cosa es ganar el gobierno y otra tener el poder. El maestro Pedro Castillo nunca tuvo el poder.
II Liderazgo y marca
Creo que uno de los principales inconvenientes en política, es que los líderes solo trabajan la marca personal más que la colectiva.
Se puede tener enganche, popularidad, discurso. Se puede bailar en tik tok y hacer locuras, pero esto no es suficiente para movilizar votos y masas en el momento que se requieran.
Los líderes que aspiren tomar el poder o mantenerlo deben trabajar para el crecimiento y desarrollo de organizaciones políticas.
El problema radica en que las “marcas políticas” se han enganchado en el debate diario y se han desconectado de las bases.
Al final, el ciudadano de a pie considera que todos los políticos son iguales, por ello, el rechazo a la clase política no excluye a ningún sector.
Sobre todo en estos momentos cuando lo económico asfixia a la familia venezolana y pocos dan la cara para explicar lo que ocurre.
III Tareas
Para lograr el poder y para mantenerse en este, se debe cumplir algunas tareas y últimamente parecen haber sido olvidadas:
1.- Simbología política: Los adecos sembraron la frase: Pan, tierra y trabajo. Eso fue asumido como una “causa”. Es lo que los politólogos llaman autodefinición política. Debo convencer a mis seguidores de que tengo una causa para luchar.
El discurso trillado utilizado actualmente por oposición y gobierno dejó de tener valor simbólico como causa, de allí que toca reinventarse.
2.- Conectarse con los seguidores: Es fundamental que se evalúe la narrativa utilizada por nuestros líderes de oposición y gobierno, estos deben revisar si están logrando o no conectarse con sus seguidores.
No se le puede hablar a un pueblo desde twitter, eso solo llega a un poco más de 5% de la población. Mucho menos desde un grupo de whatsaap que nunca pasa ni de la decima parte del 1%. El alcance de estas redes es medido constantemente.
La conexión tiene que ver con contacto físico y narrativa. La gran interrogante es: ¿cuántos de nuestros líderes están acercándose a las bases y que tanto revisan lo que dicen?
3.- Construir organizaciones sólidas: No cabe duda de que en Venezuela el Psuv es el partido más fuerte y organizado que existe. Guste o no, esta afirmación es una realidad, quien desee negarlo desenfoca en el análisis político.
Una organización política debe crecer, fortalecerse, captar seguidores y prepararse para cuando le toque la movilización, esto solo lo hace el Psuv y un poco más allá, en menor grado, los adecos.
Sería mezquino no reconocer que los partidos, todos, hacen un esfuerzo por meterse en las comunidades. Burlarse de esta tarea o pretender minimizarla es una muestra de intolerancia o desconexión.
El dilema está en la constancia y las posibilidades de convertir esto en una practica sistemática.
4.- Movilización permanente: Una marca colectiva, es decir, una organización política, cuando toma el poder, no debe dejar de ser lo que es, simplemente pasó a ser partido de gobierno, pero sigue siendo un partido.
El Psuv es un ejemplo de eso, no solo es el más grande del país y de América, sino que a pesar de estar en gobierno, no descuida su maquinaria. Apuesta a ella. Incluso, en eso supera al PT de Brasil y al peronismo en Argentina.
Para la oposición el reto es más complejo, pues no solo deben unificar partidos, sino también discursos. Es decir, mostrarse unidos y coincidir en la narrativa, un reto complejo pero no imposible.
5.– Capitalizar su acción: En ocasiones gobernantes y líderes realizan acciones que no capitalizan, no informan o no continúan. El Psuv asumió que toda acción de gestión es política.
Muchas son subestimadas por los adversarios, sin ver el trasfondo de cada una de estas. Hasta una simple cartografía mostrada a veces en diferentes actos, es motivo de burla por algunos.
Lo que no saben es que el movimiento Somos Venezuela, detrás de estas maqueticas de cartón tiene realizada una cartografía física y digital de todo el territorio. Lo que investigadores llaman “mapeo”.
Esta información contiene veredas, caminos, casas, centros de trabajo, entre otras. Informaciónes claves y estratégicas para cualquier batalla, incluyendo la electoral.
IV Empatía
Nuestros líderes deben aprender a ponerse en los zapatos del ciudadano, a pensar como él, a escuchar más que oír.
Antonio Pérez Esclarín dice que escuchar viene del latín: auscultare (auscultar), “término que se lo ha apropiado la medicina y denota atención y concentración para comprender y poder ayudar”.
Oír es percibir los sonidos, mientras que escuchar es simplemente: oír con atención. Nuestros políticos en su mayoría, ni oyen ni escuchan, a pesar de no ser sordos.
V Cambios
En política las tendencias cambian, ya sea por efectos del tiempo o de lo que se conoce como “El Cisne Negro”, teoría esta que plantea la sucesión de un acontecimiento de gran impacto socioeconómico, impredecible o inesperado para la sociedad, y que influye notablemente.
En este caso, no hay Cisne Negro, sino, el efecto del tiempo y la madurez o aceptación de realidades:
1.- El presidente Maduro disminuye su porcentaje de rechazo. Antes rondaba el 80% y ahora cae 20 puntos. Debe quedar claro que la caída en el nivel de rechazo no significa que este porcentaje se convirtió en “aceptación”. Es algo así como en las relaciones de parejas: Antes te odiaba, ya no te odio, pero tampoco quiero nada contigo.
El reconocimiento de la existencia de las sanciones, la división opositora y la aceptación de errores como la salida y guarimbas, terminaron por cambiar la percepción del venezolano sobre Maduro y la postura que se debe tener ante su gestión.
2.– Políticamente es un logro que tu nivel de rechazo baje, te da más espacio para maniobrar. Lo mismo pasa con la relación ciudadano – partido.
El número de personas que ahora comienzan a identificarse con una tolda política aumenta, mínimamente, pero aumenta. Los analistas coinciden en que este número, apenas ronda el 40%.
3.- Capriles y Rosales se posicionan como los líderes con más aceptación dentro de la oposición. Tres años atrás estaban muy mal. Por el contrario: Guaidó y Leopoldo están entre los más bajos, la caída de estos dos fue abismal.
4.- Los radicales se están debilitando. Discursos como los de María Corina Machado pierden terreno. Esto se debe a que dependen de una marca personal y no de una estructura amplificadora de este discurso. Los radicales miran el mundo desde tuiter pero con un partido de anime. Poco a poco gana terreno el diálogo y la conciliación.
Orlando Medina Bencomo / El Tubazo Digital
