Oficializada esta semana, la negativa de Lorenzo Mendoza (Polar) a postularse como candidato presidencial independiente –lo informé de forma exclusiva en esta columna, el pasado 03.02.2018-, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) quedó maltrecha, dividida profunda e irreversiblemente y con varios aspirantes presidenciales sin suficiente reconocimiento público (algunos dan pena ajena), como para siquiera darle un “susto” al presidente-candidato, quien no oculta su euforia.
Nada impedirá la elección presidencial del 22A. Lo saben en las embajadas de EEUU en Caracas, Bogotá y la OEA (Organización de Estados Americanos), en el departamento de Estado y en el Pentágono (Comando Sur); y por supuesto, Donald Trump y Marco Rubio, igual que Juan Manuel Santos, Mauricio Macri, Temer y sus patéticos cancilleres o cancilleras, quienes gustan hacer coro con Luis Almagro (OEA), el jefe del Comando Sur y los altos voceros de Canadá y la Unión Europea.
Y como la dirigencia de la MUD anda tan destartalada, inconexa y vocinglera –con su loca franja vendepatria que ruega por una “invasión, ya”-, pues Maduro corre solo, es decir, sin resistencia orgánica suficiente como para perder la elección de abril, aun siendo minoría en el país, como lo indican todas las encuestas de opinión conocidas.
Lo expreso así -sin almibaramiento alguno-, para que quede clarísima mi apreciación de este aciago momento político, económico, social y moral que sufrimos en Venezuela, por la terrible corresponsabilidad de los factores bipartidistas (PSUV-MUD) y la ausencia de un proyecto político nacional alternativo que entusiasme a la mayoría de nuestro pueblo, que hoy exige superar democráticamente y en paz esta macro crisis sin precedentes.
No ha habido peor gobierno en Venezuela, que el de Nicolás Maduro; ni gestión más ladrona y corrupta que la del gobierno Chávez-Maduro; sus arbitrariedades parecen cosas de locos y la piratería y el abuso de poder han sido de espanto y brinco, todo lo cual ha eclosionado por acumulación de gases y otros detritos, desde 1999 hasta hoy. Y no es que “todo ha sido malo” –como reclaman los chavistas “de corazón”- sino que los desaciertos, la destrucción y el insolente pillaje han arropado todo, como río crecido.
El mundo no entiende cómo y por qué nos ocurre el desastre de saqueo y desestructuración que nos agobia, a ritmo de empobrecimiento, hambre y desesperanza. No pueden comprenderlo, porque carecen del vigor venezolano que debemos encontrar más allá del quejido social y el maquiavelismo politiquero que nos mantienen a oscuras; no les corresponde, a los extranjeros, asumir las responsabilidades nacionales y patrióticas que nos tocan a nosotros sobre los restos de un país saqueado, descapitalizado y roto en su ser interior por los pillos e irresponsables –traidores, a fin de cuentas- del PSUV y la MUD y sus podridos entornos de testaferros y cómplices nacionales e internacionales, cuyas características básicas son el cinismo y la sinvergüenzura.
Solo un nuevo proyecto político coherente, realista, decente, confiable y respetable -intérprete de los profundos y verdaderos intereses de nuestro pueblo y el desarrollo estratégico de la nación-, podría derrotar a Maduro el 22A. Pero, no existe; no hemos sabido ni querido imaginarlo, y menos construirlo como demanda el momento histórico. ¡Corruptos, mezquinos y payasos, sobran! No por casualidad, “el tuerto es rey”.
· RAFAEL RAMÍREZ, ex presidente de PDVSA y ex ministro de Energía y Petróleo, podría reentrar en la escena política venezolana la próxima semana, con una rueda de prensa de cobertura nacional e internacional, desde la clandestinidad en el exterior.
· EL TAMBIÉN EX EMBAJADOR ANTE LA ONU se ha estado moviendo sigilosamente entre Estados Unidos, Europa y Cuba, sin que su paradero cierto sea conocido, aunque sistemáticamente ha publicado diversos textos por el diario Panorama (Maracaibo) y una polémica entrevista en La Razón (Caracas /larazon.net).
· FISCALÍA Y EL GOBIERNO DE MADURO lo tienen a raya y con “alerta roja” de Interpol para su captura por supuestos delitos de corrupción, que RR niega y califica como persecución política.
· PARECE ESTAR “NEGOCIANDO” y ya Nicolás Maduro y Tareck William Saab han bajado el tono despectivo e incriminatorio contra RR.
· ES LÓGICO PENSAR QUE LA HABANA está detrás de la procura de “enfriamiento” de esa considerada “peligrosa confrontación”. Maduro, Saab y Ramírez han tenido estrechas relaciones con el gobierno de los Castro, desde los fulgurantes tiempos de Fidel y su estrecha amistad con Hugo Chávez y María Gabriela Chávez, lo que les exige máxima tranquilidad en el bando chavista hacia el 22A. ¡Hay mucho “secreto de Estado”!, RR dixit.
· EL METRO SIGUE “PALO ABAJO”, y el proceso de deterioro viene muy de atrás. Esto fue lo que me informaron:
1. “Deficiente mantenimiento por falta de repuestos para los trenes nuevos (españoles), se deberían tener 42 trenes operativos para la Línea 1 y solo se tienen 24, ya que la mitad está paralizada”.
2. “Atraso tecnológico: los técnicos no han recibido actualización tecnológica de los trenes nuevos y no están capacitados para resolver fallas, aunado a la falta de repuesto”.
3. “Renuncia masiva de trabajadores (profesionales y técnicos) por sueldos muy bajos, sobre todo en operaciones”.
· CARAQUEÑAS Y CARAQUEÑOS SOPORTAMOS ese desastre, que incluye pésimo mantenimiento de escaleras, torniquetes y ventilación, deficiente limpieza, calidad del servicio, controles de seguridad y funcionamiento del sistema en general.
· LO HAN CONVERTIDO EN UNA VERGÜENZA, desde que en 2009, bajo la presidencia de Gustavo González López destrozaron el “Proyecto de Rehabilitación de la Línea 1” por 1.850 MILLONES DE DÓLARES que habían presupuestado los empresarios franceses -quienes desarrollaron original y eficientemente el sistema-, para tracalear un contrato con empresarios vagabundos españoles, que nadie ha querido investigar en la Fiscalía General ni en la Contraloría General de la República. Los perjuicios generados por este pillaje, han sido terribles: solo Carlos Aguilera recibió 98 millones de dólares, vía Andorra, Banca Madrid. ¡Comprobado, pero impune, hasta que les convenga una “Operación Rabo de Paja” contra el vasto clan Cabello!