Los especialistas del Centro Michelson, de la Universidad del Sur de California, y de la Universidad de Nagoya, en Japón, indican que el nuevo medicamento ha demostrado ser efectivo en detener el crecimiento de las células malignas.
Dicho estudio parte de que la interrupción del sueño y otros elementos que afectan el ritmo circadiano (reloj interno biológico que se mueve a diario y se sincroniza con el tiempo solar) conllevan problemas de salud. Con este conocimiento, los científicos intentan alterar el reloj interno de las células, lo que podría llevar a su deterioro.
El director de Biociencias Convergentes en el Centro Michelson, Steve Kay, detalló que en algunos tipos de cáncer la enfermedad se apodera del mecanismo del reloj circadiano y lo utiliza con el propósito de ayudarse a crecer, y que la idea es “interferir con esos procesos y detener el crecimiento del cáncer”.
El informe, publicado este miércoles en la revista Science Advances, encontró que una molécula llamada GO289 interfiere una enzima que controla el ritmo circadiano de la célula y puede ralentizar los ciclos de la célula cancerosa.
En el estudio fueron usadas células cancerígenas de riñón humano y de ratones que sufren de leucemia mieloide aguda.
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