Todas las razones a favor y en contra de votar han sido dadas. Pero todavía una significativa porción de opositores, cargados de frustraciones y a punto de dejar de creer en todo, no han decidido ir a votar. Ellos pasan a ser el factor decisivo para blindar el cambio que todos deseamos.
El tiempo para reflexionar se les estrecha. La disyuntiva del 20 es clara: acabamos con este gobierno o él acaba con nosotros. Un triunfo de Falcón es la única posibilidad de iniciar un proceso para poder cumplir las condiciones que la comunidad internacional exige. Maduro no las concederá mientras esté en el poder.
En las actuales circunstancias sólo Henry Falcón puede abrir una transición hacia la reconquista de la democracia, la institucionalización de la Fuerza Armada, el relanzamiento del mercado abierto y la recreación de los valores dentro del objetivo urgente de crear mínimos de bienestar para una población sometida al hambre, la inseguridad y la vejación autoritaria. Esa victoria es posible, pese al ventajismo del gobierno y al error de sectores opositores que consideran más importante atacar a Falcón que salir de Maduro.
Lo que fue la MUD y no termina de ser frente amplio, despejó una de las incertidumbres. En particular deploro la posición que asume AD y UNT partidos socialdemócratas, cuyos lideres resumen una tradición, una experiencia y unos conocimientos con los cuales ojalá pueda contarse después del 20. Henry Ramos y Manuel Rosales optaron por achantarse en la lucha por la hegemonía en la oposición, antes que apoyar a Falcón. Aunque no ser abanderados presidenciales no convierte a nadie en plato de segunda mesa.
La decisión de lo que fue la MUD no deprimirá los respaldos a Falcón porque fueron obtenidos en contra de la actitud de rechazo prudente que hacia él mantuvieron AD, PJ, UNT y VP. Mas bien desviar sus ataques de Maduro a Falcón e intentar acciones a nombre de un Frente Amplio que ya no está integrado por las fuerzas que estuvieron presentes en el Aula Magna, puede levantar una corrida desde el derrotismo abstencionista a una nueva manera de recrear la unidad desde la base, los dirigentes regionales y locales.
Enrique Márquez es el emblema de que el apoyo a Falcón no implicaruptura con los partidos en los que se milita. Son actos de conciencia, decisiones personales y expresión de un sentido de país que no puede desperdiciar la oportunidad de convertir la votación del 20 en el revocatorio que el régimen nos quitó. No tiene lógica pedirle al 80% del país que no vote contra Maduro porque antes de sacarlo hay que deslegitimarlo.
Ojalá que no asistamos en los próximos días a una coincidencia aberrante: ver unidos a Maduro y la oposición abstencionista en el desesperado empeño de convencernos de que Falcón no puede ganar.
Mientras tanto una hiperinflación que duplica precios en cada vez menos días, nos recuerda que nuestra sobrevivencia entrará en zona de riesgo si los ciudadanos no asumimos el cambio en nuestras manos. Frente a la abstención de la MUD y la reelección de Maduro, no hay que pararse en gustos o colores. Si todos votamos por Falcón, la crisis y el comunismo se van.
@garciasim