Resulta paradójico, que las 15 alcaldías y la gobernación del Estado Guárico -todos adeptos a la dictadura- en 21 años, no hayan diseñado, ni siquiera un borrador de una política, dirigida atender estructuralmente, la solución del problema del suministro de agua potable residencial.
El descuido de la tiranía, adquiere dimensiones alarmante, solo, al realizar un diagnostico superficial de la realidad.
Resulta que, desde los medidores hasta las fuentes naturales de agua se encuentran desatendidas, en franco abandono y deteriorados.
Nos conseguimos un sistema de abastecimiento de agua potable urbano y rural con tuberías rotas o inexistentes, urbanismos sin sistema de acueductos ni planificación urbanística, sin inversión ni retorno de capitales para el mantenimiento del sistema, sin instituciones reguladoras eficientes, con presas y embalses olvidados, sin lagunas de oxidación y recuperación de aguas servidas, con tomas y perforación de aguas subterráneas ilegales, etc.
En definitiva, en el reino de las aguas dulces de Poseidón priva la anarquía generalizada como norma.
A todas estas, ¿cuál es la respuesta de la dictadura en los municipios y la gobernación del Guárico?; ¿cuál es la posición técnica del gremio de ingenieros?; ¿alguien tendrá, un que sea, celosamente clandestina, alternativas para salir de la ruina de la distribución del agua para el consumo humano?
Bien seria saberlo, si estas interrogantes tienen respuestas satisfactorias. Lo que si no queda dudas, es que, mientras permanezca la dictadura, nunca habrá solución a las necesidades de los ciudadanos.
Por ende, los fuerzas sociales y políticas, tienen la tarea de derrocar la dictadura y mientras esto sucede, deben sentar las bases de la reconstrucción de los municipios y el Estado, atendiendo cada caso, es decir, los demócratas desde ya, debemos ir diseñando las propuestas programáticas para atender el tema del agua, unido a la concienciación y participación de los ciudadanos, además de la lucha como única vía para la materialización de lo nuevo, del futuro y de las aspiraciones de vivir en bienestar social.
“Las utopías tienen fuerza material cuando se construyen con nuestras propias manos…”
