El domingo 7 de febrero hubo elecciones presidenciales en Ecuador. El candidato respaldado por el ex presidente Rafael Correa, Andrés Arauz, fue el que más votos consiguió pero no los suficientes para ganar en primera vuelta. Deberá ir a un ballotage contra el banquero Guillermo Lasso o, la sorpresa de la elección, Yaku Pérez.
El margen entre ambos es tan ajustado que habrá que esperar hasta que termine el conteo de votos para saber quién llegará a disputar la presidencia con Arauz.
Yaku, cuyo nombre de nacimiento es Carlos Ranulfo Pérez Guartambel, es el candidato del partido Pachakutik, que actúa como el instrumento político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). Fue prefecto/gobernador de la provincia del Azuay y se presenta como el representante del indigenismo y el ambientalismo.
Es por eso que tanto él como diversos analistas lo señalan como un líder “de izquierda”. Sin embargo, su trayectoria política, sus propuestas y sus declaraciones lo alejan bastante de esa etiqueta.
“Es mejor un banquero…”
Hace cuatro años Ecuador también eligió a su presidente en ballotage. En aquel momento la elección se dirimió entre Lenin Moreno (entonces candidato de Rafael Correa) y Lasso, el banquero abiertamente neoliberal y candidato tradicional de la derecha ecuatoriana. Yaku Pérez llamó a votar por este último asegurando que “es mejor un banquero que un dictador”.
Como una devolución de gentilezas, Lasso afirmó que si Pérez llega a la segunda vuelta lo apoyará con tal de derrotar al candidato de Correa.
En esa línea, este dirigente indigenista formado y financiado por la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) de EE.UU. calificó de “dictadorzuelas” a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua.
Incluso celebró el golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia en 2019 y calificó al líder indígena de “dictador”. Curiosamente no dijo nada de las masacres perpetradas por el gobierno de facto de Jeanine Añez.
Sus críticas no solo alcanzaron a la izquierda latinoamericana, sino también a gobiernos de tinte más progresista. Así fue que avaló el golpe a Dilma Rousseff en Brasil y el lawfare contra Cristina Fernández en Argentina.
Tampoco ha tenido problema en ser habitué de los festejos del 4 de julio en la embajada estadounidense en Ecuador y lucir orgulloso en las fotos con el representante de Washington.
Pero este alineamiento continental con las posiciones más conservadoras que podrían compartir presidentes abiertamente de derecha como Sebastián Piñera (Chile) o Jair Bolsonaro (Brasil), tiene su reflejo en sus planteos y propuestas para el país que aspira a gobernar.
Austeridad, liberalismo y desprecio de clase
En una entrevista brindada al diario ecuatoriano El Universo el pasado 14 de enero, Yaku Pérez comentó cuáles serían sus políticas en caso de llegar a la presidencia.
Consultado sobre si tenía un plan de austeridad respondió sin vacilación: “Austeridad, sí”. No obstante aclaró que sobre su propuesta de reducción del Estado hay “una mala interpretación”.
“Vamos a eliminar las instituciones estériles, como el Consejo de Participación, la Judicatura, el Tribunal Contencioso Electoral, varias subsecretarías, así como bajar el número de asambleístas a la mitad”, enumeró.
Ante la pregunta de si esto va a implicar despidos respondió que “se indemnizará a la gente con lo justo”.
También manifestó su predisposición a un acuerdo comercial con Estados Unidos, ya que es “el mayor socio comercial del Ecuador”. “Si favorece a la mayoría: no lo pensaré dos veces”, sentenció.
Asimismo explicó que “los tiempos cambiaron”, que él no es parte de “la izquierda sectaria” y que “tiene que escuchar”. “Vamos a necesitar de empresarios honestos y del sistema financiero. Lo único que les vamos a decir es que paguen los impuestos”, completó.
Por otra parte, cuestionó la propuesta de Arauz de entregar mil dólares a familias pobres ecuatorianas para dinamizar la economía. Según su visión, ese dinero seguramente “se vaya todo en cervezas”.
Un poco de extractivismo no está mal
Yaku Pérez hace bandera de su ecologismo y su lucha contra la contaminación. Ha dicho que los ecuatorianos tienen que manejar menos autos y plantar más árboles. Incluso una de sus puestas en escena de marketing es llegar a sus actos políticos en bicicleta.
No obstante, al momento de hablar sobre su política concreta de cara a las empresas extractivistas, su discurso se modera bastante. “No es que tenemos alguna animadversión contra las empresas extractivistas, pero lo que han hecho es cuestionable”, explicó el candidato en la entrevista antes mencionada.
En ese sentido afirmó que no romperá ninguno de los contratos vigentes con petroleras y mineras, aunque aseguró que “continuarán bajo rigurosos estándares sociales y ambientales”. “La idea es que no se amplíe la frontera petrolera, salvo que las comunidades, previo consentimiento, lo permitan”, añadió.
Para la minería prometió convocar “a una consulta popular” pero explicó que “los contratos que ya están en explotación, como Fruta del Norte y Mirador”, no serán suspendidos, solo “deben cumplir los estándares”.
Por Santiago Mayor / Tomado de ensartaos.com