En la última semana, se produjeron reportes sobre la difícil situación en la economía global, reflejada en los bancos.
En Estados Unidos, entre los bancos regionales y cuatro de los grandes hay al menos 558,000 millones de dólares en pérdidas no realizadas. De manera indirecta, este factor se suma a los que anteriormente están favoreciendo la actual posición de Miraflores.
Como se informó en entregas anteriores, la reserva Federal de Estados Unidos está aumentando las tasas de interés. Uno de los propósitos de esta acción es la de luchar contra la inflación en ese país.
Pero al mismo tiempo tiene un efecto en la geopolítica mundial. El aumento de las tasas de interés revaloriza el dólar y castiga a los activos de riesgos y monedas de países emergentes.
Cuando empezó la guerra entre Rusia y Ucrania, el precio del petróleo alcanzó un máximo de $130,50. Washington comenzó a subir las tasas de interés de manera agresiva hasta alcanzar 5,50 %.
El precio de petróleo alcanzó en mayo de 2023 un mínimo de $63,64. Desde entonces el precio del crudo está rebotando y ya se ubica de nuevo en $90,77.
Los límites del aumento de las tasas de interés
Ya se explicó anteriormente que los sauditas ahora se alinearon con el bloque de China y Rusia. Que las reservas estratégicas petroleras de Estados Unidos se hundieron a niveles de 1985. Que los inventarios de petróleo en la primera potencia del mundo alcanzan apenas para 31 días, según la Agencia Internacional de Energía.
Anteriormente, también se explicó que, así como las tasas de interés, afectan al precio del petróleo y esto reduce los ingresos de Rusia. Al mismo tiempo, los activos de riesgo también caen, entre ellos las acciones de las empresas, otras materias primas y tiene efectos en el empleo.
El aumento de las tasas de interés implica aumento de los rendimientos de los bonos de deuda. Si los premios que deben pagar los países aumentan, el valor de los bonos cae. En el primer semestre de este año, cuatro bancos regionales importantes de Estados Unidos, posicionados en bonos de deuda, vieron caer sus activos y quebraron. Por lo tanto, la acción del alza de las tasas de interés tiene un límite.
El laberinto global
Washington debe recuperar sus reservas estratégicas y aumentar sus inventarios petroleros. Pero sí lo hace por la vía de la demanda de petróleo en los mercados, causará un impacto en los precios al alza que terminará beneficiando a Rusia.
Esta primera situación le obliga a buscar nuevas fuentes de petróleo como ya lo está haciendo en Venezuela en el marco de sus negociaciones con Caracas.
Pero mantener una demanda de petróleo y precios bajos no es coherente. Así que se necesita que se abra un flujo petrolero de grandes proporciones.
Por otra parte, para evitar crear una nueva crisis financiera en Estados Unidos con réplicas en Europa, Washington no puede reducir las tasas de interés ahora. Y en caso de que más bancos sigan quebrando, tiene enormes limitaciones para sus rescates.
Si se reducen las tasas de interés y se emite dinero para rescatar bancos, la especulación mundial se volcará a refugiarse en las materias primas como el oro, el cobre y obviamente el petróleo, cuyos precios tendrían fuertes alzas.
Pero si mantienen las tasas de interés altas como ahora, será inevitable que el mundo caiga en una fuerte recesión. Aunque en el primer semestre de 2023, hubo que emitir dinero para rescatar puntualmente a varios bancos, sin mayor ruido en los medios de comunicación.
Retiro de sanciones petroleras en el horizonte
Ante ese pavoroso escenario la solución está en Venezuela. Algunos se cuestionan que podrían surgir rompimientos entre Moscú y Caracas, por esas negociaciones pragmáticas entre la Casa Blanca y Miraflores.
Sin embargo, la situación paupérrima de la industria petrolera venezolana es de tal dimensión, que a Vladímir Putin el tema no lo mueve, porque estima que las inversiones para recuperar la producción petrolera en Venezuela son sumamente enormes y el tiempo que se lleve en recuperar todas las instalaciones, le permitirían extender su guerra a más países de Europa.
Este último informe de la situación de los bancos norteamericanos, se suma a las acciones que rápidamente está emprendiendo Washington para resolver el asunto venezolano. ¿Qué significa esto? Para aliviar un poco la situación, que no es resolverla del todo, Washington necesita retirar, lo más pronto posible, las sanciones petroleras en Venezuela.
Ante un mundo en que los países que controlan 80 % de la producción petrolera mundial, están alineados en el bloque de China y Rusia, Venezuela puede ser el oasis que evite una debacle de enormes proporciones en Occidente.
Para ello se requiere que exista un flujo estable y seguro de petróleo. Una muestra de ello, son las renegociaciones con ENI y Repsol, por el lado europeo
Un barniz democrático
Para que el flujo petrolero aumente y se mantenga estable en el tiempo, se tiene que cambiar algunas reglas que hay presentes hoy. Washington colaborará en ponerle un barniz democrático a Venezuela.
En el fondo, a los norteamericanos, no les importa si hay democracia, pero que se cuiden las formas.
Requiere que las elecciones presidenciales se hagan lo más pronto posible y que no coincidan con las de Estados Unidos.
Un nuevo presidente venezolano significará que al mundo le podrán decir que la democracia ha vuelto a este país. Y cómo el orden constitucional se está respetando, ya no es necesario tener sanciones petroleras.
Sea quien sea el próximo presidente venezolano será reconocido y le serán retiradas las sanciones con el tema petrolero y financiero el año próximo.
Hay que señalar, que lo que menos necesita Washington en este momento, es que en Venezuela haya desestabilización, ya que requiere de relanzar una fuente estable y constante.
Resulta que las sanciones petroleras que aplicó Washington a Caracas, ahora le estorban tanto como a los venezolanos.