Equilibrio es lo que se pide en los medios y así respondemos. La pasada semana nuestra columna estuvo dedicada al gobierno regional y parte del nacional. Hoy la dedicamos a la oposición regional y nacional, desde el mismo enfoque: “fallas y debilidades”.
El Tigre Eduardo Fernández estuvo en San Juan de los Morros, dijo lo que es un secreto a voces “habrá elecciones el año que viene”. En el Psuv dicen lo mismo. Comienzan a moverse las piezas del tablero. Ya no habrá Jaque Mate.
No hay duda de que la oposición tiene fortalezas y oportunidades, pero también arrastra debilidades que no ha podido minimizar, pues en política nada desaparece del todo.
Desde Shemell, pasando por Luis Vicente León, hasta Eduardo Fernández y los asesores de Marketing Político, coinciden en que para construir una alternativa política o un gobierno de base, se necesita, entre otras cosas: Discurso, organización, liderazgo y recursos.
La mayor debilidad de la oposición está en su falta de organización. A diferencia del gobierno, que es un gran partido con pequeños aliados. En la oposición están parejos, no hay hermano mayor, lo cual hace que sea más difícil ponerse de acuerdo.
La oposición es una gran masa en donde la mayoría de estos, no solo se definen independientes, sino que también, algunos, se hacen llamar “apolíticos o antipartidos”. Mientras que en el chavismo, la gran mayoría se identifica con lo político y lo partidista.
El principal enemigo político de la oposición, no siempre es el gobierno, en ocasiones, es la misma oposición. Guárico no es la diferencia. El panorama nacional se repite en lo regional.
Mientras el Psuv se erige solo y los demás grupos giran alrededor de este “Sol” político. En la oposición; Acción Democrática y El Frente Amplio se unen y lideran las marchas y concentraciones. Mientras Copei intenta superar su división interna. Primero Justicia se enfrió y Voluntad Popular se mueve difundiendo su liderazgo nacional, pues regionalmente sigue igual.
Cojea la oposición al no saber interpretar que “todos son necesarios”. La peor parte del radicalismo la ha llevado el exchavista Jesús Cepeda y el exalcalde Franco Gerratana, agredidos verbalmente en concentraciones.
Dijo el dirigente Máximo Blanco hace poco: “Hay otros que no entienden que el arte de la política es sumar y multiplicar. No quieren encuentros con nadie que venga del chavismo. Simplemente, los corren”.
En rueda de prensa El Tubazo Digital preguntó a Eduardo Fernández durante su visita a Guárico, si la oposición sola podía superar esta crisis en un hipotético gobierno de esta, Fernández respondió rápidamente: “No, se necesita unidad entre oposición y chavismo para salir de esta situación”.
Cojea la oposición al no unificar su discurso. En ello el gobierno tiene ventaja, lo cual no significa que el mensaje sea “efectivo”. Dice Máximo Blanco en relación al caso guariqueño: “En nuestro campo muchos amigos -metidos a políticos- caminan perdidos. No saben ponderar los objetivos de las marchas y no saben que discursos pronunciar para terminar de fracturar al mundo civil y militar que respalda al régimen”.
Cojea la oposición al no saber dirimir sus conflictos como “Políticos” de verdad. El Psuv presenta serios problemas, y sus encuentros internos no son exactamente de abrazos y coincidencias. La oposición es más heterogénea: Lideres con partidos fuertes, partidos sin militantes, individualidades, exdirigentes expulsados, renunciantes y hasta desde el exterior, todo el mundo opina, dirige, propone y hasta cuestiona. Demasiada democracia nunca es buena.
Cojea la oposición al no fortalecer sus liderazgos, por el contrario los expone y casi que viven sometidos a un paredón de fusilamiento: Guaidó es criticado si viaja en avión, si se mueve en carro los opositores radicales cuestionan sus “camionetotas” si decide irse en lancha, lo destrozan, y si se le ocurre darse un “chapuzon” como cualquier mortal, lo linchan los “gloriosos guerreros del teclado”.
Regionalmente no existe “unidad” solo eventos en donde todos coinciden. Las marchas cada vez más débiles son duramente atacadas. La embestida más fuerte la ha llevado el Frente Amplio.
Conclusiones:
Los guariqueños cuentan con una oposición débil, dividida, sin agenda, solo la une los eventos convocados nacionalmente.
Si algo se puede resaltar es la organización y constante movilización de los Adecos en tierra llanera. Los pronunciamientos permanente del Frente Amplio y los esfuerzos de los copeyanos por reorganizarse.
Existen liderazgos individuales que suman, sin aspiraciones, se les ve en todas las actividades.
Los exalcaldes y excandidatos de la oposición, en su mayoría desaparecieron, en momentos como estos no se les ve la cara, salvo contadas excepciones.
Mientras se profundiza la crisis y sobran temas locales, la oposición sigue con el discurso “antimaduro”, para ellos, eso es prioridad, pero el ciudadano común quiere que las dos luchas vayan juntas.
La oposición no quiere a los exchavista, tampoco ofrece nada a los chavistas, mucho menos a los de izquierda que no están en el gobierno. Toda esa masa, de cuando en vez, recibe insultos en los descuadrados discursos.
Cojea al no aprender a escuchar, son copia fiel del chavismo. Cerrados a la crítica. Liderazgos nacionales y respetables son acusados de ”colaboracionistas”, por plantear diálogos y acercamientos.
Finalmente la oposición cojea al aspirar el poder, al desearlo con las hormonas, pero no estructura discurso, no organiza su militancia, no diseña agenda y peor aún, no fortalece la unidad.
Como decía mi director Yhonny Barrios en la escuela de Cantagallo, “seamos como la gallina, que cuando pone un huevo, cacarea y todo el mundo se entera”. Oposición y gobierno se parecen, casi no cacarean, en ocasiones pareciera ser que la política comunicacional es no comunicar.
El Tubazo Digital / Orlando Medina Bencomo