El mal denominado “gobierno interino” de Guaidog no ha sido más que un símbolo o emblema. Sin ninguna eficacia y vigor político y como todo lo que empieza mal termina, debemos pronosticar que inexorablemente se acerca su fin, a su velorio político. ¿Q.E.P.D.?
Este proceso abre una ventana a la oposición para cristalizar su situación actual donde el interinato no es el que tiene más peso, sino que es algo más híbrido que el resultado de la estrategia del Gobierno de fraccionamiento y captación y del distanciamiento de la oposición con la gente.
El interinato que de ninguna manera puede llamarse Gobierno, ha dejado una sombra que tampoco se puede desestimar como capital político, aunque bastante débil. Guaidog, que ya no es el hombre fuerte de la oposición, le corresponde en esta hora aciaga trabajar con lo poco que tiene y no con lo quiere porque, como dice el dicho popular: los deseos no preñan.
El mal llamado “gobierno interino” ha sido apenas un lema, porque nunca tuvo una fortaleza considerable salvo el reconocimiento de algunos países como una entidad meramente imaginaria y teórica.
Un reconocimiento con poca capacidad de decidir e incidir en nada pero con mucho acceso a dinero y activos importantes de Venezuela, que sirvieron para hacer millonario a Guaidog y su banda de los 40 ladrones, en menoscabo del mejoramiento de la calidad de vida del pueblo venezolano.
No cabe la menor duda que no es el momento ideal del liderazgo de Guaidog que es el de un solo sector de la oposición y sobrevivió pocos meses o lo que es lo mismo: duró lo mismo que una flatulencia en un chinchorro. Las nuevas conversaciones auspiciadas por el Reino de Noruega, en pro de la paz política y social de Venezuela, pone a temblar el poco piso que sostiene al derechista Guaidog.
Me atrevo a diagnosticar que la firma del memorándum venezolano en el Museo Nacional de Antropología de México, supone un desmantelamiento de la estructura política fraguada por Guaidog,
COMO SECUELA
El diputado a la Asamblea Nacional (AN) y secretario general de AD , Bernabé Gutiérrez, indicó que hoy Juan Guaidog hace un “triste papel”.
El dirigente adeco recordó que el ultraderechista, quien se encapuchó para hablar con Diosdado Cabello, “ahora manda una delegación a México a reconocer todo”.
Gutiérrez, aunque no precisó el nombre sobre a quien se refería, evidentemente se deduce que se trata del fracasado Guaidog porque ofreció algunas características que lo relacionan directamente.
”Es el mismo que andaba con los fúnebres delirios de presidente y nunca tuvo ministros y ni un soldado se le paró firme”, opinó.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Así como el arribo de Trump al Gobierno estadounidense empoderó y envalentonó a los del ala incendiaria de la oposición, la llegada de Joe Biden parece haber activado a los “moderados”, el año ha transcurrido con algunos de sus voceros asumiendo el rol de salvadores de una oposición en ruinas.
El sector “pacífico” de la oposición ha estado dialogando y negociando con el gobierno desde la derrota de Trump. Esas conversaciones, con la nueva Asamblea Nacional en rol estelar, han permitido la renovación de la directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) y la consecuente convocatoria de elecciones regionales y locales para el 21 de noviembre.
Los entendimientos han forzado a los incendiarios a ir cambiando el discurso sobre la megaelección del 21N encaminando a la oposición hacia el encuentro de México que ahora está en total progreso.
Desenlace parcial de 2021: Ha habido un viraje en los criterios de dirección del sector opositor, causado por el cambio de mando en los EEUU. De momento, eso podría significar que, ¡por fin!, se logre un acuerdo, pero no es descartable que en cualquier momento un loquito vuelva de nuevo a patear la mesa de diálogo.
Politólogo Alex Vásquez Portilla, especial para El Tubazo Digital