Hace varios días Keiser preguntó a su invitado si la proliferación de criptomonedas no podía afectar a la economía, y la respuesta fue: “Sí, la de Estados Unidos, pero va a favorecer a la economía de países como Irán, Rusia y Venezuela, que tienen su propias criptomonedas”.
Me sorprendió que incluyera a Venezuela.
Precisamente, para hacerla competitiva, darle fortaleza y generar confianza, el presidente Nicolás Maduro acaba de anunciar medidas muy importantes para favorecer la novísima moneda venezolana, el petro. El primer campo del bloque Ayacucho, en la Faja del Orinoco, con 5 mil millones de barriles de petróleo certificados, será el principal sustento de esa petro moneda. E igualmente anunció que con la aprobación de la Ley del Régimen Tributario para el Desarrollo del Arco Minero, le permitirá dictar alguna resolución que sume reservas de oro para reforzar el valor y la confianza de la petromoneda.
No andaba despistado el presidente Maduro cuando decidió crear esa petromoneda, las perspectivas lucen positivas. Y ojalá pudiera tomar medidas como esa para enfrentar el grave problema de los altos precios.
